PANORAMA EDUCATIVO DEL 2022

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PANORAMA EDUCATIVO DEL 2022 En este Boletín se presentan 7 notas publicadas en diversos medios argentinos y de otros países. Tres de ellas (2, 5 y 7) fueron escritas conjuntamente con el Licenciado Francisco Boero subdirector del CEA. 1) Crecimiento con inclusión social 2) Educación: cumplir con las leyes 3) La educación, golpeada por la pandemia 4) Fortalecer la educación para abatir la pobreza 5) Más desigualdad, peor educación 6) Sin educación no hay crecimiento económico ni justicia social 7) Con peor educación, más pobreza.

1) CRECIMIENTO CON INCLUSIÓN SOCIAL Las disparidades en el crecimiento económico de las naciones son una característica de la historia mundial, por eso no debe sorprender que el desigual avance de la producción de bienes y servicios venga cambiando año a año el mapa de las actividades económicas, que está girando desde Europa y América del Norte hacia el Asia- Pacifico, por el crecimiento no solo de China sino también de India y otras naciones asiáticas. Desde las últimas décadas las economías emergentes asiáticas vienen liderando el crecimiento económico. En 1980 el PBI de los G-7 era cinco veces mayor al de las naciones asiáticas emergentes, ahora esta diferencia se evaporo. Los asiáticos están enseñando que el motor del crecimiento económico con inclusión social es la inversión y la educación. No hay crecimiento sostenido sin ahorro, inversión y una educación de calidad. Hemos dejado de significar el 1,29 por ciento del PBI mundial en 1980, para disminuir a 0,77. Estamos transitando un largo proceso de estancamiento productivo, con inflación, caídas en el ahorro y la inversión y retroceso social y educativo. En 1980 nuestro PBI por habitante era 65 por ciento mayor al del Uruguay, en 2010 esta magnitud se había reducido al 23 por ciento, en la actualidad el del Uruguay ya es 4 por ciento mayor. En 9 años (2012-2020) registran solamente un año (1) recesivo Uruguay, Perú, Panamá, Bolivia y Costa Rica, dos (2) años recesivos afectaron a Colombia, Cuba y México, tres (3) a Chile y Paraguay, cuatro (4) a Brasil y Ecuador y seis (6) a nuestro país. El caso extremo es Venezuela con ocho (8) años con caída del PBI. Venezuela y nuestro país también lideran la inflación en la región. No hay crecimiento económico sin inversión, y no hay inversión sin ahorro, aquí entra a jugar el déficit fiscal, ya que el déficit fiscal es ahorro negativo, es decir mientras mayor sea el déficit fiscal, menos será el ahorro y por ende menos serán las inversiones. Con déficit fiscal excesivo no puede haber un sostenido crecimiento económico. Este es el desafío que enfrentamos para fortalecer el crecimiento económico, exigido para abatir la creciente pobreza de una manera permanente. En este siglo el estancamiento económico sumado a una educación que no sea inclusiva y de calidad son garantías para la expansión de la pobreza., educación y empleo tienen una vinculación, dando lugar a la aparición de brechas importantes de empleo e ingresos entre los trabajadores que logran acceder a niveles altos de instrucción y los que poseen escasas calificaciones. El Observatorio de la Deuda Social (UCA) informa que está siendo cada vez mayor la diferencia en la pobreza según el nivel educativo alcanzado por el jefe del hogar; cuando los jefes de hogar no concluyeron el ciclo secundario la pobreza es más del doble que la de los que concluyeron. Se están eliminando empleos no calificados y aumentando la demanda por trabajadores con mayor educación, por eso la escuela ayuda a abatir la pobreza y favorece el crecimiento económico. La mayoría de los pobres tiene trabajos precarios y poco calificados o están desocupados porque carecen de un buen nivel educativo. que se transformó en la llave de acceso al empleo productivo. La posibilidad de que una persona de bajo nivel de instrucción esté desempleada es mucho mayor a la de alguien con estudios universitarios. Los que tienen más educación son los que ganan mejores salarios, los que trabajan en empresas más sólidas y los que tienen más estabilidad laboral. Es posible superar la actual situación educativa crítica de nuestro país, pero para ello tendremos que comenzar un proceso que habrá de proyectarse por más de una generación. El primer paso es simple, pero esencial para evidenciar la voluntad colectiva de superación, y se refiere a la necesidad de respetar el calendario escolar sin cierres forzados de escuela. Hay que defender el derecho de los niños a tener clases, no podemos perjudicar el futuro de nuestros niños y jóvenes en este competitivo y globalizado siglo XXI, por eso no hay que cerrar las escuelas y además cumplir la obligación legal de la jornada escolar extendida. Los resultados de la Prueba PISA (2018) habían evidenciado una situación crítica en lo que hace a los conocimientos de nuestros jóvenes. En Matemática, habíamos descendido al lugar 71; es decir estamos en los últimos lugares de los 77 países participantes. Todo esto es preocupante para nuestro futuro cercano, ya que se trata del nivel de conocimientos de adolescentes de 15 años de edad. El liderazgo asiático es notorio, ya que los 7 primeros lugares corresponden a países de esta región encabezados por China, mejor educación y crecimiento económico van de la mano. El capital humano, es decir la población capacitada para afrontar los desafíos de este siglo de la ciencia y la tecnología es más importante que los recursos naturales y exige sistemas educativos con calidad e igualdad de oportunidades para todos los niños. Nuestra matriz productiva esta agobiada por un gran déficit fiscal, a pesar de una alta presión tributaria., el sendero a seguir debe apuntar a reducir un desmedido gasto público improductivo. Con alto déficit e inflación no hay crecimiento económico sostenido. El desafío que enfrentamos es como construir un nuevo escenario de crecimiento y una educación inclusiva y de calidad, que haga posible el crecimiento económico, necesario para abatir la pobreza y la exclusión social. Esto requiere decisiones basadas en acuerdos, pero que no sean retóricos y enunciativos sin definir claramente la implementación de decisiones concretas. No alcanza con enumerar los objetivos sin encarar los medios requeridos, no basta con enunciar los fines, es necesario considerar también los medios. Clarín, 24 de enero de 2022 2) EDUCACIÓN: CUMPLIR CON LAS LEYES Nelson Mandela dijo que “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”, son muchas las naciones que han entendido este mensaje. Lamentablemente hemos llegado a prescindir de esta herramienta clave para construir un mejor futuro para todos los argentinos, sin exclusión por el bajo nivel socioeconómico de las familias. Podremos salir de esta crítica situación?, por cierto que sí, pero para ello, tendremos que emprender un proceso que necesariamente habrá de proyectarse por más de una generación. La escuela argentina ha dejado de ser la escuela modelo a ser imitada, como lo fue por muchas décadas desde fines del siglo XIX gracias a la Ley 1420. El nivel y la extensión de la educación son determinantes básicos de la productividad y del ingreso laboral, siendo los más pobres los que más dependen de su trabajo para poder subsistir. Sin educación para todos, la justicia social es solo una ilusión, ya que el nivel de conocimientos acumulados es la mejor garantía de su progreso. Para hacer más equitativa la distribución del ingreso debemos empezar por una educación que haga más equitativa la distribución del capital humano, acumulado por los conocimientos gracias a la educación. Es hora de comenzar a fortalecer nuestro sistema educativo para lo cual es necesario, aunque no suficiente, comenzar ya a cumplir 3 buenas leyes dictadas en las últimas décadas que, lamentablemente no se cumplen a pesar del mandato legal. (1) La Ley 25864 (2004) expresa que “Fijase un calendario escolar mínimo de 180 días efectivos de clases”, pero además agrega que “Ante el eventual incumplimiento las autoridades educativas de las respectivas jurisdicciones deberán adoptar las medidas necesarias a fin de compensar los días de clase perdidos, hasta completar el mínimo establecido”. La norma legal es bien clara pero nunca se cumplió en todo el país, perjudicando principalmente a los alumnos más pobres que acuden a las escuelas estatales; el calendario efectivo en todo el país fue estimado en apenas 160 días por año. En Colombia, México, Brasil, y Costa Rica son 200 días. Una ley puede ser buena pero si no se cumple es inútil, y si además este incumplimiento consolida la desigualdad educativa, constituye una grave injusticia social. (2) La Ley 26206 (2006) hizo obligatoria la escuela secundaria en todo el país. Pero la realidad es bien distinta, de cada 100 alumnos que ingresan al primer grado primario en todo el país concluyen la escuela secundaria menos de la mitad, pero atención, hay una gran disparidad entre las escuelas estatales y las privadas y también entre provincias, ya que esta magnitud desciende a 35 en las estales y trepa a 70 en las privadas. Hay provincias con niveles más bajos pero también muy desiguales, por ejemplo Corrientes, Misiones, Santiago del Estero, Formosa y Chaco. Son varias las jurisdicciones donde ingresan al primer grado más alumnos estatales que privados, pero de la secundaria egresan más privados que estatales. Por eso en muchas universidades estatales hay más alumnos que vienen de escuelas secundarias privadas que estatales. (3) La Ley 26206 también establece la Jornada Extendida en el nivel primario, pero gozaban del beneficio de la Jornada Extendida o Completa (JE/JC) en el 2020 apenas el 13,6 por ciento de los estudiantes. Entre 2011 y 2016 hubo un ligero aumento, pasando del 8,6 al 14,5 por ciento, sin embargo, entre 2017 y 2020 esta reducida magnitud se ha mantenido constante en niveles inferiores al 14 por ciento. Dicha proporción de estudiantes es un promedio nacional que presenta variaciones según el sector de gestión y sobre todo según las divisiones territoriales de nuestro país. Las diferencias entre las divisiones territoriales son notorias, en lo que respecta al sector de gestión estatal, la provincia que presenta el mayor porcentaje de estudiantes con JE/JC es Tierra del Fuego alcanzando en el año 2020 al 75,8 por ciento del total, seguida por Córdoba con el 52,8 y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) con el 48,3 por ciento, siendo éstas las únicas cuyos indicadores son superiores al 30 por ciento del total. Mientras que en el otro extremo se encuentran las provincias de Neuquén, Corrientes y San Luis en donde menos del 5 por ciento de los estudiantes del nivel primario de gestión estatal cuentan con JE/JC. Es un llamado de atención que en el Conurbano, núcleo duro de la pobreza y la exclusión, apenas el 6,4 por ciento goza de este beneficio. En términos generales se observa que la mayoría de las provincias elevó la proporción de estudiantes con JE/JC, sin embargo, estos aumentos no son tan significativos con relación al promedio total debido a que la cifra inicial es relativamente pequeña, destacándose el caso de Córdoba, que incrementó la cantidad de alumnos con JE/JC de gestión estatal en más del 170 por ciento respecto al año 2011. Lograr que la mayoría de los alumnos del nivel primario tengan acceso a la jornada extendida o completa, priorizando los sectores sociales o las zonas geográficas más desfavorecidas, es el primer paso hacia la meta de calidad educativa con inclusión social. La educación nos debe importar primordialmente a todos, ya que su situación actual conspira contra la posibilidad de desarrollarnos en forma integral en el futuro. Combatir la pobreza, alcanzar un desarrollo sostenible, permitir que los rápidos avances tecnológicos se implementen son tareas que una población no educada no podrá asumir en este siglo de los rápidos avances científicos y tecnológicos. Confucio estuvo en lo cierto cuando expreso “Donde hay educación no hay distinción de clases. Clarín, 20 de febrero de 2022 3) LA EDUCACIÓN, GOLPEADA POR LA PANDEMIA Esta pandemia afectó la educación en todas las naciones. El impacto es negativo, porque disminuye el nivel educativo de los alumnos y aumenta la desigualdad según nivel socioeconómico de las familias. El cierre de las escuelas provoca costos sociales y económicos. Esta pandemia afectó a todos los alumnos, pero las consecuencias son más graves para los niños pobres En la CABA las evaluaciones realizadas a fines del 2021, en el nivel primario, indican en Lengua un preocupante retroceso en el nivel de conocimientos. Los estudiantes de América Latina han perdido aprendizaje durante la pandemia. Esta pérdida está poniendo a millones de niños en riesgo de abandonar la escuela, como han advertido el Banco Mundial, el Diálogo Interamericano, la UNESCO y UNICEF. Tras más de dos años de pandemia, no todos estos estudiantes han vuelto a las aulas. y los que han vuelto a la escuela se han retrasado, en promedio, entre uno y 1,8 años, según las estimaciones del Banco Mundial., por eso se afirma que los estudiantes de hoy podrían ver disminuir sus ingresos a lo largo de su vida hasta en un 12 por ciento. Si no decidimos recuperar las pérdidas de aprendizaje, perjudicaremos el futuro de toda una generación de niños. Debemos evitar que se agraven las diferencias educativas por nivel socioeconómico de las familias, por esta razón se requieren más opciones tecnológicas en las escuelas, incluso la utilización de los medios de comunicación difundidos entre toda la población, como la televisión La desigualdad en el acceso a la vía digital ha aumentado las desigualdades educativas., ya que : cuando es mayor el nivel socioeconómico, mayor es la proporción de estudiantes que tienen experiencia en la comunicación informática. Por esta razón hay países que, teniendo en cuenta la igualdad de oportunidades, decidieron movilizar el aporte de la televisión, teniendo en cuenta su difusión entre todos los sectores sociales. En América Latina podemos destacar las iniciativas educativas encaradas por Cuba, México. y Perú. Las pruebas Aprender están evidenciando que nuestro sistema educativo avanza hacia un modelo socialmente dual, tendencia agravada por la pandemia que afecto más a los alumnos de barrios humildes, que han tenido menos acceso a los recursos tecnológicos para reemplazar el cierre de las escuelas. La mayor parte de los empleos creados en los últimos años requieren de estudios secundarios y universitarios, ya que el nivel educativo se ha transformando en el piso de muchas empresas para el ingreso de su personal. La igualdad de oportunidades no se logra con discursos, se requieren medidas efectivas. Es posible superar la actual situación educativa crítica de nuestro país, pero para ello tendremos que comenzar un proceso que habrá de proyectarse por más de una generación. El primer paso se refiere a la necesidad de respetar el calendario escolar sin cierres forzados de escuela motivados por conflictos laborales o de otro tipo. Hay que defender el derecho de los niños a tener clases, no podemos perjudicar el futuro de nuestros niños en este globalizado siglo XXI, por eso no hay que cerrar las escuelas. El bajo nivel de conocimientos de nuestros alumnos viene siendo puesto en evidencia por pruebas internacionales. Los resultados de la Prueba PISA (2018) ya habían evidenciado una situación crítica en lo que hace a los conocimientos de nuestros jóvenes. En Matemática habíamos descendido al lugar 71; es decir estamos en los últimos lugares de los 77 países participantes. En América Latina el nivel de conocimientos en Matemática de nuestros adolescentes está por debajo del nivel en Chile, Uruguay, Costa Rica, Perú, Colombia y Brasil, atrás nuestro apenas están Panamá y República Dominicana. El futuro se está jugando en la arena de la educación, ya que crecerán y progresarán no aquellos países que únicamente tengan recursos naturales, sino aquellos que hayan construido sistemas educativos que cumplan dos objetivos: calidad educativa e igualdad de oportunidades para todos los niños, más allá del nivel socioeconómico de sus familias. Debemos quebrar la reproducción intergeneracional de la pobreza que agobia a nuestra Nación. La mayoría de los pobres tiene trabajos precarios y poco calificados o están desocupados porque carecen de un buen nivel educativo que se transformó en la llave de acceso al empleo productivo. Debemos cumplir tres leyes que no se cumplen. La Ley 25864 expresa que “Fijase un calendario escolar mínimo de 180 días efectivos de clases”, pero además agrega que “Ante el eventual incumplimiento las autoridades educativas de las respectivas jurisdicciones deberán adoptar las medidas necesarias a fin de compensar los días de clase perdidos, hasta completar el mínimo establecido”. Esta norma nunca se cumplió en todo el país, perjudicando principalmente a los alumnos más pobres que acuden a las escuelas estatales; La Ley 26206 hizo obligatoria la escuela secundaria en todo el país, pero de cada 100 alumnos que ingresan al primer grado primario en todo el país concluyen la escuela secundaria alrededor de la mitad, pero hay una gran disparidad entre las escuelas estatales y las privadas y también entre provincias. La Ley 26206 establece la Jornada Extendida en el nivel primario, pero en el 2020 gozaban de este beneficio apenas el 13,6 por ciento de los estudiantes. En el Conurbano, núcleo duro de la pobreza y la exclusión, apenas el 6,4 por ciento goza de este beneficio. Combatir la pobreza y alcanzar un desarrollo sostenible, son tareas que una población no educada no podrá asumir en este siglo Confucio dijo “Donde hay buena educación no hay distinción de clases”. Es hora de actuar con medidas concretas, no alcanza con los discursos. Clarín, 27 de junio de 2022 4) FORTALECER LA EDUCACIÓN PARA ABATIR LA POBREZA Los niveles educativos retrocedieron en nuestro país en los últimos años, como lo indican los resultados del Operativo Aprender realizado en el 2021 en 23.000 escuelas que, por ejemplo, nos dicen que aumentó la cantidad de alumnos de sexto grado con bajos conocimientos en Matemática, comparados con el año 2016. Además son importantes las desigualdades por nivel socioeconómico de las familias, ya que la cantidad de alumnos con bajos conocimientos es cuatro veces mayor entre los alumnos de nivel socioeconómico “bajo” comparado con el de los alumnos de nivel “alto”. El capital humano, es decir la población capacitada para afrontar los desafíos de este siglo de la ciencia y la tecnología es más importante que los recursos naturales y exige mejores sistemas educativos con calidad e igualdad de oportunidades para todos los niños. Para hacer más equitativa la distribución del ingreso debemos empezar por una educación que haga más equitativa la distribución de este capital, acumulado por los conocimientos gracias a la educación. Es hora de comenzar a fortalecer nuestro sistema educativo para lo cual es necesario, aunque no suficiente, comenzar ya a cumplir leyes dictadas en las últimas décadas que, lamentablemente no se cumplen a pesar del claro mandato legal. La Ley 25864 expresa “Fijase un calendario escolar mínimo de 180 días efectivos de clases”, pero además agrega que “Ante el eventual incumplimiento las autoridades educativas de las respectivas jurisdicciones deberán adoptar las medidas necesarias a fin de compensar los días de clase perdidos, hasta completar el mínimo establecido”. La Ley 26206 hizo obligatoria la escuela secundaria en todo el país, pero de cada 100 alumnos que ingresan al primer grado primario en todo el país concluye regularmente la escuela secundaria apenas la mitad, además hay una gran disparidad entre las escuelas estatales y las privadas y también entre provincias. La Ley 26206 también establece la Jornada Extendida en el nivel primario, pero en el 2020 gozaban de este beneficio apenas el 13,6 por ciento de los estudiantes. En el Conurbano, núcleo duro de la pobreza, apenas el 6,4 por ciento goza de este beneficio. Un buen nivel educativo es hoy la llave de acceso a buenos empleos que quiebren la reproducción intergeneracional de la pobreza que está agobiando a nuestra Nación. La mayoría de los pobres tiene trabajos precarios y poco calificados o están desocupados; los actuales planes sociales no son eficaces para superar esta situación. La escuela argentina ha dejado de ser la escuela modelo a ser imitada, como lo fue por muchas décadas desde fines del siglo XIX. El nivel y la extensión de la educación son determinantes básicos de la productividad y del ingreso laboral, siendo los más pobres los que más dependen de su trabajo para poder subsistir. Sin educación para todos, la justicia social es solo una ilusión, ya que el nivel de conocimientos acumulados es la mejor garantía de su progreso. El bajo nivel de conocimientos de nuestros alumnos viene siendo puesto en evidencia por pruebas internacionales. Los resultados de la Prueba PISA (2018) evidenciaron una situación crítica de los conocimientos de nuestros jóvenes. En Matemática, habíamos descendido al lugar 71; es decir estamos en los últimos lugares de los 77 países participantes. Esto es preocupante para nuestro futuro cercano, ya que se trata del nivel de conocimientos de adolescentes de 15 años de edad. Los primeros lugares en esta prueba internacional corresponden a países asiáticos caracterizados por un sostenido crecimiento económico, evidenciando como una mejor educación y crecimiento van de la mano. La educación nos debe importar a todos, ya que su situación actual conspira contra la posibilidad de desarrollarnos en forma integral en el futuro. Combatir la pobreza, alcanzar un desarrollo sostenible, permitir que los rápidos avances tecnológicos se implementen son tareas que una población no educada no podrá asumir en este siglo de los rápidos avances científicos y tecnológicos. En este siglo el estancamiento económico sumado a una educación que no sea inclusiva y de calidad son garantías para la expansión de la pobreza., educación y empleo tienen una estrecha vinculación, dando lugar a la aparición de brechas importantes de empleo e ingresos entre los trabajadores que logran acceder a niveles altos de instrucción y los que poseen escasas calificaciones. El Observatorio de la Deuda Social (UCA) alerta que está siendo cada vez mayor la diferencia en la pobreza según el nivel educativo alcanzado por el jefe del hogar; cuando los jefes de hogar no concluyeron el ciclo secundario la pobreza es más del doble que la de los que concluyeron. Se están eliminando empleos no calificados y aumentando la demanda por trabajadores con mayor educación, por eso la escuela ayuda a abatir la pobreza y favorece el crecimiento económico. La mayoría de los pobres tiene trabajos precarios y poco calificados o están desocupados porque carecen de un buen nivel educativo. que es la llave de acceso al empleo productivo. La posibilidad de que una persona de bajo nivel de instrucción esté desempleada es mucho mayor a la de alguien con estudios universitarios. Los que tienen más educación son los que ganan mejores salarios, los que trabajan en empresas más sólidas y los que tienen más estabilidad laboral. Es posible superar la actual situación educativa crítica de nuestro país, pero para ello tendremos que comenzar un proceso que habrá de proyectarse por más de una generación. El primer paso es simple, pero esencial para evidenciar la voluntad colectiva de superación, y se refiere a la necesidad de respetar el calendario escolar sin cierres forzados de escuela. Hay que defender el derecho de los niños a tener clases, no podemos perjudicar el futuro de nuestros niños y jóvenes en este competitivo y globalizado siglo XXI, por eso no hay que cerrar las escuelas y además cumplir la obligación legal de la jornada escolar extendida. El desafío que enfrentamos es cómo avanzar hacia una educación inclusiva y de calidad, necesaria para reducir la pobreza y la exclusión social. Esto requiere decisiones basadas en acuerdos, pero que no sean meramente retóricos sin definir claramente la implementación de decisiones concretas. No alcanza con enumerar los objetivos sin las medidas requeridas, no basta con enunciar los fines, es necesario considerar también los medios. La Nación, 3 de agosto de 2022 5) MÁS DESIGUALDAD, PEOR EDUCACIÓN El bajo nivel de conocimientos de nuestros alumnos viene siendo puesto en evidencia por pruebas internacionales. Los resultados de la Prueba PISA (2018) evidenciaron una situación crítica de los conocimientos de nuestros jóvenes. En Matemática, habíamos descendido al lugar 71; es decir estamos en los últimos lugares de los 77 países participantes. Esto es preocupante para nuestro futuro, ya que se trata del nivel de conocimientos de adolescentes de 15 años de edad. En este siglo el estancamiento económico sumado a una educación que no sea inclusiva y de calidad son garantías para la expansión de la pobreza. Educación y empleo tienen una estrecha vinculación, dando lugar a la aparición de brechas importantes de empleo e ingresos entre los trabajadores que logran acceder a niveles altos de instrucción y los que poseen escasas calificaciones. El desafío que enfrentamos es cómo avanzar hacia una educación inclusiva y de calidad, necesaria para reducir la pobreza y la exclusión social. La desigualdad educativa es un obstáculo para una sociedad integrada. La escuela argentina ha dejado de ser la escuela a ser imitada, como lo había sido en el pasado. Alberdi decía que “gobernar es poblar”, la extrapolación alsiglo XXI podría expresar que “gobernar es educar”. Los resultados de la reciente Prueba Aprender 2021 han puesto de manifiesto las consecuencias del cierre de las escuelas por la pandemia del Covid-19 como también otras características que influyen en el desempeño escolar. • El área de Lengua fue la más afectada, ya que en el 2021 se ha triplicado el porcentaje de estudiantes cuyo nivel de desempeño corresponde a “Por debajo del básico” frente a las cifras del año 2018, pasando del 7,1 al 22,3 por ciento del total de alumnos, mientras que la proporción de estudiantes con nivel “Avanzado” disminuyó del 35,4 al 22,4 por ciento en el mismo período. • Dichas cifras son más preocupantes en elsector de gestión estatal ya que la cantidad de estudiantes con conocimiento “Por debajo del básico” tuvo un incremento del 9,0 al 27,0 por ciento del total y la cantidad de estudiantes con conocimiento “Avanzado” disminuyó del 27,3 al 16,3 por ciento, mientras que en el sector privado el porcentaje de estudiantes con nivel “Por debajo del básico” pasó del 2,0 al 9,0 por ciento y la de aquellos con nivel “Avanzado” disminuyó del 57,2 al 39,5 por ciento. • Los resultados según división territorial también presentan grandes diferencias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Córdoba, presentaron la menor proporción de estudiantes con desempeño “Por debajo del básico” en el área de Lengua en 2021 con cifras del 11,1 y 15,1 por ciento respectivamente, al mismo tiempo que obtuvieron la mayor proporción de estudiantes con desempeño “Avanzado” con cifras del 38,0 y 30,4 por ciento respectivamente, mientras que en el otro extremo las provincias de Chaco y Santiago del Estero presentaron la mayor proporción de estudiantes con nivel “Por debajo del básico” alcanzado al 35,8 y 30,8 por ciento respectivamente. • Los resultados según el nivel socioeconómico (NSE) de los estudiantes exponen grandes diferencias entre jóvenes de bajos y altos ingresos, ya que el 43,1 por ciento de los estudiantes con NSE bajo obtuvieron calificaciones “Por debajo del básico” en Lengua 2021 (recordemos que en el año 2018 este porcentaje fue del 13,2 por ciento), mientras que dicha cifra alcanzó al 8,6 por ciento los estudiantes con NSE alto. En lo que respecta al desempeño “Avanzado”, aquellos de NSE alto presentan una proporción notablemente mayor que la de los estudiantes de NSE bajo, con valores del 42,4 por ciento versus el 6,6 por ciento. • Además se han evaluado los resultados teniendo en cuenta determinados recursos y condiciones en el hogar de los estudiantes tales como: posesión de internet, computadora, lugar de estudio, libros y teléfono celular. En el área de Lengua se observa que en casi todos los casos la posesión del recurso analizado favorece la performance, disminuyendo la proporción de estudiantes con nivel “Por debajo del básico” y aumentando la de nivel “Avanzado”, sin embargo la posesión de teléfono celular es la única condición que no presenta una mejora en el rendimiento frente a aquellos estudiantes que no lo poseen. • En relación a la escolaridad de los estudiantes y su relación con los resultados obtenidos en Lengua, aquellos que han cursado el jardín, nunca repitieron y poseen la edad teórica para el grado en curso, presentan la mitad de porcentaje en el nivel “Por debajo del básico” y más del doble en el nivel “Avanzado” frente a los que no han logrado alcanzar dichas características. • Los resultados exponen una tendencia asociada a que cuanto mayor es el nivel educativo de la madre, menor es la proporción de estudiantes en el nivel “Por debajo del básico” al mismo tiempo que mayor es la proporción de estudiantes con nivel “Avanzado”, mencionando como ejemplo que el 51,3 por ciento de los estudiantes cuya madre no ha terminado la escuela poseen nivel “Por debajo del básico” mientras que dicha cifra se reduce al 10,6 por ciento en aquellos cuya madre posee estudios de postgrado. El principio básico de la justicia social es la igualdad de oportunidades para todos, más allá de las circunstancias de origen económico, étnico, social o de género. Este siglo se caracteriza por cambios basados en nuevas tecnologías que están levantando barreras entre “incluidos” y “excluidos” Desigualdad y pobreza impulsan que sean muchos los que quedan marginados de los procesos educativos aptos para abrirles el nuevo mundo tecnológico. Padecemos un retroceso educativo y sin igualdad de oportunidades para todos los niños y adolescentes. Sin una buena escuela no habrá movilidad social y consolidaremos la exclusión social. Clarín, 12 de septiembre de 2022 6) SIN EDUCACIÓN NO HAY CRECIMIENTO ECONÓMICO NI JUSTICIA SOCIAL El principio básico de la justicia social es la igualdad de oportunidades para todos, más allá de las circunstancias de origen económico, étnico, social o de género. Norberto Bobbio expresa este concepto cuando afirma: “Lo igualitario parte de la convicción de que la mayor parte de las desigualdades son sociales y como tanto eliminables”, aunque lograr este objetivo exige un formidable esfuerzo político con amplio apoyo de la sociedad. El siglo XXI es el siglo del conocimiento, de la racionalidad científica y tecnológica que contribuyen al cambio de las condiciones económicas, sociales y políticas en el planeta. La innovación tecnológica, el espíritu empresarial, la armonía social y la ventaja competitiva de los pueblos, dependen de la educación que expande el capital humano de una sociedad que es más importante que tradicional capital físico. Según el Banco Mundial, “el valor del capital humano equivale a cuatro veces el valor del capital físico”. Estuvo en lo cierto la revista The Economist cuando, haciendo referencia al nivel educativo, afirmó: “La fortaleza de una sociedad depende principalmente de lo que está en la cabeza de las personas. Por esta razón Japón y Alemania pudieron recuperarse rápidamente a la finalización de la Segunda Guerra Mundial, a pesar que sus ciudades estaban reducidas a cenizas”. Hace tiempo que aumenta la escolarización en las naciones, especialmente en las asiáticas que lideran no solo el crecimiento económico mundial, sino también el abatimiento de la pobreza, el avance tecnológico y las mejoras en robótica y automatización que aumentan la productividad y requieren grandes avances en la educación. Para avanzar económicamente y abatiendo la pobreza, debemos encarar la gran tarea pendiente en Argentina de asegurar una significativa mejora educativa, ya que se están eliminando empleos no calificados y aumentando la demanda por trabajadores con mayor educación, por eso la escuela ayuda a abatir la pobreza y también al crecimiento económico. La mayoría de los pobres tiene trabajos precarios y poco calificados o están desocupados porque carecen de un buen nivel educativo. El nivel educativo secundario se está transformando en el piso establecido para las oportunidades laborales. No es fácil crear trabajo productivo y estable para quienes están marginados de la educación. Sin educación para todos, la justicia social es una ilusión. Un buen sistema escolar asegura altos niveles de conocimientos a sus alumnos, pero además apunta a eliminar las desigualdades en los niveles de conocimientos de los alumnos que dependen del nivel socioeconómico de sus familias. Cuando la pobreza es coyuntural, se pueden encontrar soluciones de corto plazo con planes sociales, pero cuando la pobreza es estructural como la que padecemos, son además necesarias otras líneas de acción que apunten a la raíz del flagelo de la pobreza con exclusión social. Nuestra pobreza y la indigencia se concentran en quienes tienen una escasa escolarización. Nuestros adultos que hoy son pobres y excluidos no terminaron ayer la escuela secundaria, pero debemos lograr que mañana sus hijos se gradúen en escuelas secundarias de buen nivel educativo. Así podremos quebrar este círculo de reproducción intergeneracional de la pobreza. La igualdad de oportunidades es esencial en una sociedad donde la justicia social no es simplemente retórica. De la pobreza no se sale con subsidios, que son útiles pero no alcanzan, el requisito mínimo es la escolarización completa de los adolescentes. Abatir la pobreza y la exclusión social exige una educación que haga más equitativa la distribución del capital humano. Sin inclusión educativa no podremos abatir una pobreza que hoy es laboralmente excluyente. El Papa Francisco expreso “Los excluidos ni siquiera son explotados, son descartados”. La nueva sociedad que crece aceleradamente en este siglo es la sociedad de la información y de su creciente difusión y utilización. Este cambio basado en nuevas tecnologías está levantando nuevas barreras de clase entre “incluidos” y “excluidos” en la revolución tecnológica. Estamos inmersos en un período de transición histórica, en el que los nuevos conocimientos tecnológicos se convierten en los pilares de la acumulación de capital, el crecimiento de la productividad y el fortalecimiento de núcleos de poder económico. Esta transformación es similar, pero más acelerada y de mayor impacto geográfico global, que lo que significó el tránsito de la sociedad agraria al mundo urbano–fabril propio de la revolución industrial. Las nuevas tecnologías están cortando las distancias, generando un nuevo tiempo y espacio global, de manera que las actividades más dinámicas ahora operan a escala global. Todo esto impulsa fuertes transformaciones en la estructura y la organización de los procesos productivos, así como da lugar a una nueva división internacional del trabajo. No habrá un sostenido crecimiento económico en un país sin inversión, concepto que incluye la educación en todos sus niveles, el mundo globalizado es ya un escenario muy complejo, con grandes oportunidades pero también con grandes desafíos. El desafío que enfrentamos como país es claro ya que los cambios tecnológicos se aceleran en todo el mundo y sus resultados ya están a la vista, por esto ya es impostergable el fortalecimiento de nuestra educación. Es evidente que padecemos un retroceso educativo y sin igualdad de oportunidades para todos los niños y adolescentes. Sin una buena escuela no habrá movilidad social y consolidaremos la exclusión social. La Prueba Aprender del 2021 fue un claro llamado de atención a toda la sociedad ya que retrocedió el nivel educativo de todo el nivel primario, siendo este retroceso mayor entre los alumnos de familias de nivel socioeconómico bajo. Este preocupante hecho, más los resultados de la última Prueba Pisa son dos serios llamados de atención a toda nuestra sociedad. El desafío que enfrentamos es cómo avanzar hacia una educación inclusiva y de calidad, necesaria para reducir la pobreza y la exclusión social. La desigualdad educativa es un obstáculo para una sociedad integrada. Los años que vienen serán críticos para nuestro país, ya que estará en juego nuestra capacidad de aprender de los errores del pasado, y encauzar nuestro rumbo como Nación por el sendero no solo del crecimiento económico, sino también de la igualdad de oportunidades y la inclusión social. Sin educación no hay crecimiento económico ni justicia social en el globalizado siglo XXI. La Nación, 29 de septiembre de 2022 7) CON PEOR EDUCACIÓN, MÁS POBREZA En este siglo la pobreza afecta duramente a quienes tienen una escasa escolarización. Los pobres ya no son hoy pobres transitorios, ya que en muchos casos son familias enteras, que por más de una generación han estado excluidas del nuevo mundo laboral hoy vigente. Si la pobreza fuera meramente coyuntural, se podría remediar con soluciones de corto plazo y planes sociales, pero cuando la pobreza es como la que nosotros padecemos, son necesarias otras líneas de acción que apunten a la raíz del flagelo. La propuesta superadora se centra en la educación, ya que de la pobreza no se sale únicamente con subsidios, que son útiles pero no alcanzan, el requisito es la escolarización completa de los adolescentes, ya que el bajo nivel educativo estimula el desempleo y la pobreza. Muchos de los adultos que hoy son pobres no concluyeron la escuela secundaria, pero debemos lograr que sus hijos se gradúen en escuelas secundarias de buen nivel educativo. Sin inclusión educativa no podremos abatir una pobreza que hoy es excluyente del mundo del trabajo, nuestros pobres son hoy verdaderos excluidos. En el mundo se están eliminando los empleos no calificados y aumentando la demanda por trabajadores con mayor educación, por eso la escuela ayuda a abatir la pobreza y también al crecimiento económico. La mayoría de los pobres tiene trabajos precarios y poco calificados o están desocupados porque carecen de un buen nivel educativo. La mayor parte de los empleos creados en los últimos años requieren de estudios secundarios y universitarios. La evolución de la educación es un importante llamado de atención a nuestra sociedad, ya que luego del cierre de las escuelas debido a la pandemia del Covid-19, los resultados de la Evaluación Aprender evidencian que el nivel de conocimientos de los alumnos de sexto grado primario en Lengua y Matemática alcanzado en el año 2021 ha sido inferior al del año 2016, perdiendo las mejoras que se habían logrado en 2018. Esta preocupante caída a nivel nacional se refleja tanto en la disminución de la cantidad de alumnos con nivel “Avanzado” como en el incremento de la cantidad de alumnos con nivel “Por debajo del básico” en ambas áreas evaluadas. Las disminuciones más significativas de la cantidad de alumnos con nivel “Avanzado” en Lengua y Matemática se dieron en el sector de gestión estatal con un decrecimiento del 35,6 y del 20,4 por ciento respectivamente entre los años 2016 y 2021, mientras que en el sector privado dichas caídas fueron del 24,3 y 19,7 por ciento respectivamente. Al mismo tiempo, los incrementos más notorios en la cantidad de alumnos con nivel “Por debajo del básico”, corresponden al área de Lengua, en la cual en el sector de gestión estatal se produjo un crecimiento del 55,2 por ciento, mientras que en el sector privado fue del 40,6 por ciento. Estos incrementos fueron menores en Matemática, siendo el correspondiente al sector de gestión privada mayor que el del sector de gestión estatal, con cifras del 39,8 y 25,9 por ciento respectivamente. Tener presente que estos son promedios nacionales que encubren grandes diferencias entre provincias, ya que en el área de Lengua, en el sector privado existen jurisdicciones que a pesar del cierre de las escuelas por la pandemia han logrado disminuir la cantidad de estudiantes con nivel “Por debajo del básico” destacándose Tierra del Fuego (-34,8 por ciento) y La Pampa (-19,3 por ciento), al mismo tiempo que en el otro extremo se observan provincias con incrementos de más del 100 por ciento, como por ejemplo Chaco, Jujuy y Chubut. Por su parte, en el sector de gestión estatal todas las provincias han aumentado la cantidad de alumnos con nivel “Por debajo del básico” en Lengua, siendo Tucumán y Formosa las que menor aumento presentaron con cifras inferiores al 40 por ciento, y San Luis y Corrientes las de mayor crecimiento con cifras superiores al 80 por ciento. Con respecto al área de Matemática, el porcentaje de alumnos cuyo nivel de conocimientos es “Por debajo del básico” ha incrementado en todos los casos si se comparan las cifras del año 2021 frente a las del 2016. En el sector de gestión estatal los menores crecimientos corresponden a la provincia de Córdoba con el 7,8 por ciento y Jujuy con el 10,5 por ciento, mientras que los mayores incrementos corresponden a las provincias de Chaco y La Pampa con el 73,2 y 61,1 por ciento respectivamente. En el sector privado las provincias que presentaron menor crecimiento de la cantidad de alumnos con nivel “Por debajo del básico” en Matemática fueron Formosa (1,9 por ciento) y Río Negro (3,1 por ciento), mientras que las que lo hicieron en mayor medida fueron San Luis (112,3 por ciento) y La Pampa (93,0 por ciento). Estos significativos aumentos en la cantidad de alumnos con nivel de conocimientos “Por debajo del básico” son un llamado de atención, sobre todo para el sector estatal al cual asisten mayoritariamente los niños más necesitados, agravando así no solo la pobreza sino también la desigualdad social. Tengamos presente que el calendario escolar argentino es más corto que el de otros países latinoamericanos como Cuba, México, Brasil, Chile, Colombia y Costa Rica, la posibilidad de dictar más días de clase podría aportar hacia la recuperación del nivel perdido por la pandemia. Por esta razón ya es hora de disminuir los feriados puente, ya que uno de cada tres argentinos asiste a un establecimiento educativo que se cierra por motivos turísticos. En este siglo crecen los países capaces de acumular capital humano altamente calificado gracias a un buen sistema educativo. La tarea que enfrentamos es grande, ya que no podrá haber en los próximos años un sostenido crecimiento económico sin inversión en capital humano preparado para los progresos tecnológicos que vive el mundo globalizado. Sin educación de calidad para todos será difícil abatir la pobreza y la exclusión social. Clarín, 9 de noviembre de 2022

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