Japón aprobó un nuevo presupuesto que incluye USD 50 mil millones en gastos de defensa para disuadir a China

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La Cámara Baja del Parlamento japonés aprobó el martes un presupuesto para el próximo año fiscal que incluye la cifra récord de 6,8 billones de yenes (50.000 millones de dólares) en gasto de defensa, como parte del esfuerzo de Japón por fortificar su ejército a medida que crece la influencia de China en la región.

El presupuesto de defensa para 2023, un 20% superior al del año anterior, incluye 211.300 millones de yenes (1.550 millones de dólares) para el despliegue de misiles de crucero Tomahawk de largo alcance de fabricación estadounidense que pueden lanzarse desde buques de guerra y alcanzar objetivos situados a una distancia de hasta 1.600 kilómetros.

La compra prevista de los Tomahawk ha suscitado críticas por su coste, y los legisladores de la oposición han criticado al primer ministro, Fumio Kishida, por dar prioridad al gasto en armamento frente a otras cuestiones, como la disminución de la población japonesa.

Chinami Nishimura, legisladora del opositor Partido Constitucional Democrático de Japón, afirmó en una reunión del comité presupuestario de la Cámara Baja celebrada el martes que “la mejora de la atención a la infancia se ha descuidado durante más de 10 años”. “¿Por qué se aprobó tan rápidamente el presupuesto para gastar tanto dinero en Tomahawks?”.

“No creo que se trate de elegir entre uno u otro”, respondió Kishida. “Ambos son importantes para la vida y el sustento de la gente”.

Japón pagará a Estados Unidos otros 110.000 millones de yenes (830 millones de dólares) en el próximo año fiscal, que comienza en abril, en concepto de equipos y programas informáticos necesarios para el lanzamiento de los Tomahawks, además de tasas por transferencia de tecnología y formación.

Kishida dijo el lunes en una sesión parlamentaria que Japón comprará 400 unidades de Tomahawks.

La aprobación del presupuesto de 114 billones de yenes (836.000 millones de dólares) por la cámara baja del parlamento, la más poderosa de sus dos cámaras, garantiza que será promulgado a finales de marzo independientemente de cualquier decisión de la cámara alta.

El abultado presupuesto de defensa es la primera entrega de un plan quinquenal de gasto militar de 43 billones de yenes (315.000 millones de dólares) que forma parte de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Japón, anunciada en diciembre.

La nueva estrategia incluye el desarrollo de una “capacidad de contraataque” para adelantarse a los ataques enemigos, un cambio controvertido dado el compromiso de Japón de mantener únicamente capacidades defensivas tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial. El gasto militar casi se duplicará en los próximos cinco años, a medida que Japón refuerce sus defensas en respuesta a las posibles amenazas de China, Corea del Norte y Rusia.

El nuevo objetivo de gasto se ajusta a las normas de la OTAN y con el tiempo elevará el presupuesto anual de defensa de Japón a unos 10 billones de yenes (73.000 millones de dólares), el tercero mayor del mundo después del de Estados Unidos y China.

Medidas para el envejecimiento de la población y la crisis de natalidad
Kishida ha calificado de crisis nacional el rápido envejecimiento y la disminución de la población japonesa, y ha prometido elaborar en los próximos meses un paquete de medidas integrales para abordar el problema. En abril se pondrá en marcha un nuevo departamento gubernamental, la Agencia de la Infancia y la Familia, para ayudar a coordinar las políticas gubernamentales en diversos asuntos sociales, como la pobreza infantil y el abuso de menores.

El presupuesto asigna 4,8 billones de yenes (35.000 millones de dólares) a la nueva agencia, pero los expertos afirman que se necesitan más fondos y cambios sociales más amplios para aliviar las cargas del cuidado y la educación de los niños y animar a los japoneses más jóvenes a casarse y tener hijos.

Las estadísticas del gobierno publicadas el martes mostraron que los nacimientos en 2022 cayeron a un mínimo histórico de 799.728, por debajo de los 800.000 por primera vez desde 1899 y a un ritmo más rápido de lo previsto. El número de nacimientos el año pasado fue un tercio del máximo de casi 2,7 millones alcanzado en 1949.

El presupuesto para 2023 también asigna más de 850.000 millones de yenes (6.250 millones de dólares) al Ministerio de Economía e Industria para ayudar a eliminar progresivamente el uso de combustibles fósiles y 53.000 millones de yenes (388 millones de dólares) para promover la digitalización y aumentar la fabricación nacional de chips informáticos.

El martes, el fabricante de chips Rapidus, respaldado por el gobierno, anunció sus planes de construir una nueva planta de semiconductores en Chitose, en la isla principal septentrional de Hokkaido. Rapidus dijo que planea lanzar una línea prototipo en 2025, con la producción en masa de chips de última generación prevista para “la segunda mitad de la década de 2020″.

Rapidus cuenta con la participación del fabricante de automóviles Toyota Motor Corp., los fabricantes de electrónica Sony Group Corp. y NEC Corp., SoftBank Corp., Nippon Telegraph and Telephone Corp. y el fabricante de memorias informáticas Kioxia. La empresa anunció recientemente una alianza con International International Business Machines Corp. para el desarrollo y la producción de chips de 2 nanómetros.

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