La prioridad económica de un 2do gobierno de Trump sería un acuerdo con China

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Los grandes medios de comunicación de Europa y EE.UU, ante todo “Financial Times” y “The Economist”, dan como un hecho que Donald Trump es el próximo presidente norteamericano; y lo mismo sostiene en forma abrumadora la elite internacional del Foro de Davos.

En ese caso, cada vez más altamente probable, en que la cuestión del regreso de Donald Trump al poder en la 1era superpotencia mundial parece responder a un estricto criterio de realidad, esto se convierte en el acontecimiento de mayor significado de la historia del mundo en este momento.

¿Cuáles son las prioridades económicas de Donald Trump si se hace cargo del poder en la Casa Blanca a partir del 20 de enero de 2025?

  • Ante todo consolidar el recorte de impuestos que realizó en 2017, y que el Congreso decidió concluir en 2025. Esto implica otorgarle un carácter definitivo, sin término, y drásticamente irreversible, que lo transforme en una etapa fundamental del proceso de acumulación estadounidense.
  • El recorte de impuestos de Donald Trump de 2017 fue de 30% en la totalidad de los índices impositivos, y se produjo en términos horizontales. En esas condiciones fue el mayor y más profundo recorte impositivo desde el gobierno de Ronald Reagan en la década del ’80; y fue lo que convirtió a EE.UU en la economía avanzada con menor nivel tributario. A esto hay que sumarle el vigoroso proceso de desregulación de la economía que realizó Trump en su 1er gobierno; y cuya magnitud en términos económicos puede estimarse en una inyección de U$S 2.2 billones otorgada al sector privado, especialmente a las pequeñas y medianas empresas.
  • El éxito fundamental de Trump en el 1er mandato fue un aumento excepcional de la tasa de inversión, que creció 4 puntos en menos de 3 años, y que fue consecuencia directa del recorte de impuestos y de la desregulación generalizada.
  • Esto fue lo que desató un shock de oferta sobre todo en materia de inversión en alta tecnología. EE.UU tenía ya en ese momento todas las condiciones estructurales para desatar un fenomenal proceso de la 4ta revolución industrial. Le faltaba solo un incremento sustancial de la tasa de inversión, y esto es lo que logró Donald Trump.
  • El otro punto de lo que haría Trump en un 2do mandato sería establecer un arancel adicional del 10% a todas las importaciones, sin distinción entre regiones y países de las que provengan. Hay que agregar que EE.UU es el mayor mercado del mundo, al que todos los países del sistema global aspiran a exportar; y la idea de Trump es destinar esos enormes recursos – que pueden estimarse en U$S 450.000 millones anuales – al pago adelantado de la deuda pública norteamericana, que asciende a U$S 34 billones, 10 puntos más que el producto bruto interno (U$S 24.6 billones/25% del PBI global).
  • Todo esto sobre la premisa de que éste es el principal instrumento para disminuir drásticamente las tasas de interés de largo plazo y por esa vía el nivel estructural de inflación.
  • Por último, aunque en el orden de prioridades geopolíticas de EE.UU es el 1ero, Trump pretende alcanzar un acuerdo de competencia y cooperación con China, que es la otra superpotencia del sistema global.
  • En este aspecto decisivo de la política mundial, que es la relación entre EE.UU y la República Popular, está en juego en términos de poder el siglo XXI; y en esta cuestión crucial lo 1ero que hay que advertir es que Trump ya llegó a un acuerdo con China, y específicamente con el presidente Xi Jinping, lo que ocurrió en octubre de 2019 y se presentó en enero de 2020, que fue el año del despliegue global de la pandemia del Covid-19.
  • Los términos de lo acordado eran 2: China se comprometía a eliminar el superávit comercial con EE.UU de U$S 580.000 millones en 3 cuotas de 3 años de U$S 200.000 millones cada una; y esto ocurriría mientras se mantenían la totalidad de las sanciones comerciales impuestas por EE.UU a la República Popular.
  • Esto significaba en otros términos la premisa tácita pero extraordinariamente elocuente del reconocimiento implícito de la supremacía norteamericana.

Ciertamente las condiciones no son las mismas en el momento actual (2024/2025) que lo que eran 4 o 5 años atrás.

En este periodo China ha experimentado un crecimiento excepcional sobre todo en lo que se refiere al dominio de las tecnologías de avanzada de la 4ta revolución industrial, al punto que hoy se propone convertir a su economía en 100% digital en un plazo de 10 años, lo que EE.UU ya es en plenitud actualmente.

Por eso hoy la relación entre las superpotencias consiste ante todo en recrear un vínculo de confianza, que es lo contrario de la hostilidad, y el punto de partida de la cooperación.

Este es el desafío de Donald Trump hoy, cuando la ola anti-China ha adquirido un carácter prácticamente unánime en la sociedad norteamericana, y abarca ahora a los 2 partidos, al Congreso y la Casa Blanca, y a la totalidad de los grandes medios de comunicación.

Es en estas condiciones que Donald Trump tiene que mostrar una de sus especialidades, que es el arte de lograr un acuerdo sobre la base de intereses comunes.

 

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