Filipinas bate todas las expectativas económicas en 2022, aunque 2023 promete ser más difícil

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Filipinas acaba 2022 con un crecimiento anual de 7,6 % que sobrepasa las estimaciones del Gobierno en Manila. Esto significa que el país por fin recuperó el nivel de PIB prepandemia y comenzó a crecer de nuevo. En los últimos dos cuatrimestres del año, la economía creció un 3,3 % y un 2,4 %, respectivamente, con la relajación de las restricciones de la época de la COVID-19 y el impacto positivo en los mercados asiáticos de las noticias de la apertura de China tras casi tres años de política «covid cero». Aun así, los expertos vaticinan una moderación en 2023 con un 5,6 % de incremento, además de posibles amenazas por parte de la inflación.

La pandemia asestó un fuerte golpe a Filipinas, que originó un bajón del 9,5 % de su PIB en 2020. Esta cifra es extremadamente alta para la región si se compara con Indonesia, que tuvo un descenso del 2,1 %, Tailandia (-6,2%), Malasia (-5,5%) y Vietnam y China con un sorprendente a primera vista crecimientos positivos de 2,9 % y 2,2 %, respectivamente. La economía del archipiélago filipino se vio muy afectada por el repentino cierre de fronteras, lo que impedía la entrada de remesas del extranjero. Las remesas pagadas por casi dos millones de filipinos trabajando por todo el mundo conformaban un 9,31 % del PIB del país. Además, las restricciones covid impuestas por el Gobierno perjudicaron al país más que a sus vecinos asiáticos debido a la extrema dependencia de Manila del consumo interno.

Por ese motivo, se considera que la recuperación filipina estaba basada principalmente en la reconstrucción del consumo en el propio país y la reanudación de los pagos de remesas. El consumo agregado del país creció un 14,9 % durante 2022, según informes oficiales. El hecho de que el crecimiento sea más bien una recuperación deja escépticos a algunos analistas sobre su sostenibilidad. A diferencia de Indonesia, donde las inversiones extranjeras en la industria local despegaron después de la pandemia mientras las grandes multinacionales buscaban diversificar su producción, en Filipinas fue el sector de servicios el que propulsó con diferencia el incremento del PIB. El sector terciario aumentó un 9,8 %, mientras el secundario lo hizo un 4,8 %.

Para seguir creciendo, Manila necesita otra fuente de crecimiento más sostenible. Una forma común de hacerlo es atrayendo empresas extranjeras, que fue lo que hizo el presidente filipino, Bongbong Marcos, durante su visita a Tokio a mediados de febrero. Además de reunirse con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, trajo consigo más de 100 representantes de diversas empresas filipinas para negociar con multinacionales niponas, entre las cuales figuraban Mitsubishi y Toyota, que fueron mencionadas en el Twitter del presidente. En total fueron firmados 35 acuerdos.

Además, Filipinas piensa seguir el ejemplo de Indonesia y está meditando la decisión de imponer impuestos sobre las exportaciones de níquel del archipiélago, un elemento esencial para la producción de baterías usadas en los motores eléctricos. Manila presume de un 12,8 % de la producción mundial de este valioso metal, cediéndole el liderazgo tan solo a Yakarta. La estrategia es la siguiente: los impuestos forzarán a las multinacionales a producir en el propio país y no transportarlas simplemente a una fábrica en el extranjero. Así, el país productor podrá apropiarse de parte del valor añadido y dejar de ser simplemente una mina ultramarina. Joko Widodo, presidente indonesio, tuvo éxito prohibiendo por completo las exportaciones del metal y Marcos espera conseguir lo mismo. El hecho de que la producción de níquel sea un oligopolio permite imponer medidas proteccionistas con más facilidad y sin arriesgarse a perder clientela.

No obstante, hay también importantes problemas con los que lidiar. La principal preocupación del gobierno en Manila sigue siendo la inflación propulsada por la guerra en Ucrania y las consecuentes sanciones occidentales. En febrero de 2022, la inflación se encontraba en un decente 3 % y fue aumentando durante todo el año hasta llegar a un 8,7 % en enero de 2023. La preocupación popular por los crecientes precios incluso forzó al presidente Marcos a enviar a un funcionario del Departamento de Agricultura a investigar a los productores de huevos, ya que el Gobierno «no podía explicar casi la mitad del margen de beneficio». «No podemos atribuirlo al coste», puntualizó en su corto video en Twitter.

En definitiva, a pesar de las dificultades que trajo 2022, Filipinas y la mayoría de los países de la ASEAN sobrepasan la media mundial de crecimiento, convirtiéndose en la verdadera locomotora económica. Sin embargo, el nuevo año les trae nuevos desafíos, entre los cuales se encuentra la amenazadora inflación que afecta a todo el mundo emergente. Mientras siga la guerra en Ucrania, será una realidad inmutable, al parecer.

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