Hay tantos tipos de dólar en Argentina como opiniones sobre los asuntos mundanos o el fútbol. El «dólar soja», que beneficia a los exportadores agropecuarios, tiene un costo especítico. Distino al del «dólar turista«, el «dólar Bolsa», el «dólar tarjeta (de crédito)», para las operaciones en el exterior. También se diferencia del «dólar auto», un tipo de cambio diferenciado que favorece a las fábricas automotrices. En los tramos finales de la campaña electoral ha surgido el «dólar pánico«, que es una variante en clave catástrofe del «dólar blue«, como se conoce la cotización en el mercado informal. La corrida cambiaria de las últimas horas está relacionada no solo con la escasez de reservas del Banco Central (BCRA) y un exceso de liquidez del peso, la moneda nacional, que invita a los ahorristas a protegerse de la inflación a través de la moneda norteamericana. El efecto de pavor en los mercados se relaciona por estas horas con la posibilidad de que la ultraderecha gane las elecciones en el primer turno, el 22 de octubre, y se materialice la promesa de su candidato, Javier Milei, de “dolarizar” la economía.
El dólar «blue» costaba unos 730 pesos a comienzos de semana. El jueves se había acercado a los 900 pesos. En agosto se necesitaban 600 pesos por cada unidad de esa moneda. Algunos analistas estiman que el alza no tiene techo definido y podría perforar la insólita barrera de los 1000 pesos por dólar. Carlos Melconian, quien se desempeñaría como ministro de Economía de Patricia Bullrich, en caso de que la aspirante de la derecha tradicional ganara los comicios, consideró que el precio del dólar en el mercado informal todavía es barato. Su evaluación desató otra ola de pavor.
Un alza incesante
Hace casi cuatro años, al asumir el presidente peronista Alberto Fernández, la cotización era de 60 pesos por dólar. En ese salto exponencial de la cotización se suele explicar el fracaso de su Gobierno y las grandes dificultades que tiene el oficialista Sergio Massa de imponerse en las urnas. Que Massa pase al segundo turno de noviembre ya sería un milagro. Además de aspirante a la presidencia por el partido de Gobierno es su ministro de Economía. Cada centavo que sube el precio de la divisa corroe sus chances electorales.