El primer ministro de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, ha negado este lunes que haya informado a varios grupos de la oposición de su renuncia al cargo y ha remarcado que seguirá adelante mientras su partido siga al frente del Parlamento.
El primer ministro de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, ha negado este lunes que haya informado a varios grupos de la oposición de su renuncia al cargo y ha remarcado que seguirá adelante mientras su partido siga al frente del Parlamento.
Rajapaksa «no ha informado a ningún grupo de que renunciará al cargo de primer ministro (…) y cualquier otra afirmación es falsa», pues la fuerza política que preside, el Frente del Pueblo Sri Lanka (SLPP), tiene todavía más de cien escaños en el Parlamento, ha señalado su oficina al diario ceilandés ‘Daily Mirror’.
La aclaración del primer ministro de Sri Lanka se da pocas horas después de que el diputado opositor Udaya Gammanpila asegurara ante los medios de comunicación que se había logrado el visto bueno de 120 miembros del Parlamento a la moción de censura y que el propio Rajapaksa había trasladado a ciertos grupos políticos y religiosos que estaba listo para dejar el cargo.
La oficina del primer ministro ha negado que se produjeran dichos encuentros y ha acusado a Gammanpila de estar intentando engañar al Parlamento para lograr el ‘sí’ a la moción de censura.
Gammanpila no ha sido el único miembro de la oposición que ha estado este lunes asegurando que ya se habían logrado más de los cien apoyos necesarios para echar a Rajapaksa, después de que Harsha de Silva, diputado de El Poder del Pueblo Unido (SJB) afirmara que a sus 54 escaños se le sumarían otros 40 de los descontentos del SLPP. «Tenemos los números», ha enfatizado, informa la agencia Bloomberg.
Sin cronograma anunciado, lo más rápido que podría debatirse la moción de censura es a partir del 4 de mayo. En caso de que el Gobierno no consiga superarla, el presidente, Gotabaya Rajapaksa, tiene autoridad para nombrar a un nuevo primer ministro, un nuevo gabinete y asumir él mismo puestos de responsabilidad, lo que dificulta los intentos por limitar el amplio poder que en la política local ostenta la familia Rajapaksa.
La pandemia y la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania han terminado por explotar en un país de por sí bajo una gran presión social entre acusaciones de corrupción y nepotismo contra el Gobierno del presidente Rajapaksa, quien desde hace semanas se las ves con importantes protestas por toda la isla, inmersa en una de las peores crisis económicas y políticas de su historia reciente.
Los precios del pan y del combustible se han disparado y cientos de personas han sido detenidas en las últimas semanas dentro de las manifestaciones contra el mandatario, que llegó a declarar el estado de emergencia y cambió a la práctica totalidad del Consejo de Ministros –salvo a su hermano– para apaciguar los ánimos.