Mientras Sri Lanka se enfrenta a su peor crisis económica en siete décadas, se avecina una catástrofe energética para el país. Sin la rápida formación de un nuevo gobierno que pueda introducir un presupuesto provisional y reformas financieras, así como la ayuda financiera de los países vecinos, el país podría quedarse pronto sin combustible y otros productos esenciales. Hay temores fundados de que las reservas de gasolina se agoten pronto, y el ministro de Energía Kanchana Wijesekera anunció a principios de este mes que a Sri Lanka le quedaba gasolina para menos de un día, según los niveles normales de consumo, con sólo 12.774 toneladas de gasóleo y 4.061 toneladas de gasolina en sus reservas. El próximo envío de gasolina se esperaba para dentro de dos semanas. El país ya ha suspendido la venta de gasolina y gasóleo para los vehículos no esenciales, pero podría agotarse incluso para éstos
Aunque los envíos de combustible lleguen pronto, Sri Lanka no tiene suficiente dinero para cubrir el coste, ya que su economía está en un estado calamitoso. A pesar de haber superado los obstáculos iniciales de suministro de combustible en las últimas semanas, el país cree que tendrá que restringir sus importaciones de combustible durante el próximo año debido a la escasez de divisas. Sri Lanka se enfrenta a la escasez de productos básicos, como el combustible, los alimentos y las medicinas, y no parece que vaya a aliviarse pronto. Esto se ha achacado principalmente a la mala gestión económica y a la pandemia de Covid-19.
El anterior ministro de Energía, Gotabaya Rajapaksa, dimitió a principios de julio y huyó del país tras las protestas generalizadas por la mala gestión económica. Las escuelas estuvieron cerradas en su mayoría durante el último mes por la falta de combustible, aunque volvieron a abrir esta semana. Mientras tanto, los empleados del sector público trabajan desde casa. Se espera que dos envíos de combustible por parte de la segunda empresa minorista, Lanka IOC, de un total de 60.000 toneladas, alivien parte de la escasez en agosto. El director general de la empresa, Manoj Gupta, declaró: “Estamos trabajando colectivamente con el gobierno para reducir el dolor y nuestra prioridad es suministrar a las industrias”.
Aunque tiene previstos algunos envíos, muchos proveedores son reacios a comerciar con Sri Lanka, negándose a aceptar cartas de crédito de sus bancos. El país tiene alrededor de 700 millones de dólares en pagos atrasados, lo que obliga a los proveedores a pedir anticipos para los envíos. Anteriormente fue rescatado por India, que le concedió una línea de crédito de 500 millones de dólares, pero ésta se agotó en junio. Ahora le preocupa que los envíos programados no lleguen, y el país podría quedarse sin combustible en cualquier momento.
La semana pasada, el gobierno aplicó una subida de entre el 12 y el 22% en los precios del combustible, lo que se espera que haga subir las ya elevadas tasas de inflación. Además, introdujo un “Pase Nacional de Combustible” como medio de racionar el combustible, que proporciona a la gente una cuota semanal basada en las matrículas de los vehículos registrados.
La semana pasada, el Presidente Gotabaya Rajapaksa dimitió finalmente y huyó del país tras meses de protestas. La ONU espera ahora que una transición pacífica del poder ayude a reconstruir la confianza en el Estado. La confianza empresarial en Sri Lanka es extremadamente baja en la actualidad, según el presidente de las Cámaras de Comercio de Ceilán, Vish Govindasamy. Afirmó: “La confianza empresarial está probablemente en su punto más bajo desde que estoy en el negocio. Probablemente sean los tiempos más difíciles a los que nos hemos enfrentado. Pero somos resistentes”. Y añadió: “Las empresas se están asegurando de que sobrevivamos en estos tiempos difíciles… [pero] las reformas son absolutamente necesarias”.
Para ganar confianza en el futuro de la economía de Sri Lanka, el nuevo gobierno tendrá que introducir nuevas reformas fiscales. Dependerá en gran medida del éxito y la rapidez de la transición de poder para la introducción de un presupuesto nacional provisional. Asanga Abeyagoonasekera, del grupo de reflexión global Millennium Project, subrayó que Sri Lanka necesita “desmantelar la huella autocrática dejada por Gotabaya y democratizar, devolver los controles y equilibrios y las instituciones independientes”.
Además de establecer un nuevo gobierno y realizar reformas financieras, Sri Lanka tendrá que pedir ayuda a los países vecinos si espera aliviar su situación financiera. Para mejorar su problema de reestructuración de la deuda tendrá que pedir el apoyo de China para que le proporcione un alivio de la deuda y le ayude a acelerar el proceso. Umesh Moramudali, profesor de la Universidad de Colombo, explicó que “no se puede salir de esta crisis sin China”, y añadió que “China tiene que aceptar la reestructuración de su deuda, que no es su camino habitual”.
China ya ha invertido miles de millones en Sri Lanka para su Iniciativa de la Franja y la Ruta, lo que significa que le interesa ayudar al país a reconstruir su economía. Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, declaró que “poco después de que el gobierno de Sri Lanka anunciara la suspensión de los pagos de la deuda internacional, las instituciones financieras chinas se pusieron en contacto con la parte ceilandesa y expresaron su disposición a encontrar una forma adecuada de gestionar las deudas vencidas relacionadas con China y ayudar a Sri Lanka a superar las dificultades actuales”.
El apoyo de China e India, así como la rápida formación de un gobierno con nuevas reformas financieras, podría ayudar a Sri Lanka a conseguir el tan necesario rescate del FMI para empezar a reconstruir su economía. Deborah Brautigam, profesora de la Universidad Johns Hopkins, explicó: “El FMI no puede… interactuar con el gobierno cuando las cosas están en modo de crisis continua. Así que, hasta que el gobierno se estabilice, hasta que tengan un ministro de finanzas, no hay nadie con quien el FMI pueda hablar”. Y añadió: “El FMI no prestará en una situación en la que considere que su dinero no será devuelto”.
Sri Lanka se enfrenta a continuas turbulencias económicas y a una grave escasez de combustible, lo que hace que muchos se preocupen por la seguridad económica y energética del país. Sin embargo, aún existe la esperanza de que la formación de un nuevo gobierno, junto con el apoyo de los países vecinos y de la comunidad internacional, tenga el potencial de sacar a Sri Lanka de este lío antes de que sea demasiado tarde.