Economistas señalan que el débil sistema sanitario y la baja tasa de vacunación dejaran mal preparado al país para una oleada de contagios, lo que generaría escasez de mano de obra.
La posible reapertura puede acarrear problemas inflacionarios a China, con un aumento de la demanda, especialmente el acelerado consumo de los hogares, además de la interrupción a corto plazo de la oferta de mano de obra, la producción y las cadenas de suministro”.
Según economistas, el abandono por parte de China de las duras políticas anti Covid-19, con la promesa de impulsar una recuperación económica el año próximo, probablemente deprimirá el crecimiento durante los próximos meses, a medida que aumenten las infecciones, por lo que el repunte no se producirá si no hasta más avanzado el año.
Ya hay indicios de una reactivación de la demanda de viajes y otros servicios, pero el frágil sistema sanitario chino y las bajas tasas de vacunación dejan a China mal preparada para una gran oleada de infecciones, que podría desencadenar una escasez de mano de obra y hacer aún más recelosos a los consumidores.
Algunos economistas rebajaron las previsiones de crecimiento para principios del año próximo de la segunda economía mundial, continuando con las sombrías cifras de crecimiento de este año, que se cuentan entre las peores del último medio siglo.
Aunque la confianza a largo plazo en la recuperación sigue intacta, la reapertura de la economía también puede disparar la inflación, que hasta ahora se mantiene relativamente contenida en China a pesar del aumento de los precios en otras grandes economías.
“En comparación con otros países desarrollados, los recursos médicos de China son algo insuficientes”, afirmó Nie Wen, economista de Hwabao Trust, que ha recortado su previsión de crecimiento de China para el primer trimestre a entre 3.5 y 4% desde 5% anterior.
Trust advirtió sobre el riesgo de brotes por Covid-19 cuando China celebre el Año Nuevo Lunar en enero, una época muy popular para viajar de los 1,400 millones de habitantes del país.