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Según Pekín, la visita del vicepresidente taiwanés a Japón fue una manipulación.
China presentó una protesta diplomática ante Japón por la visita de un alto funcionario taiwanés para lamentar la muerte de su antiguo líder, pero se abstuvo de lanzar el tipo de crítica mordaz que suele seguir a estos contactos.
«Tras el repentino y desafortunado fallecimiento del ex primer ministro japonés Shinzo Abe, las autoridades taiwanesas aprovecharon la oportunidad para la manipulación política», dijo el martes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, en una rueda de prensa habitual en Pekín, en referencia al viaje del vicepresidente William Lai
Pekín suele arremeter contra las naciones por sus interacciones con de Taiwán, diciendo que equivalen a una interferencia en sus asuntos internos y exigiendo que se adhieran a su principio de una sola China
Después de que Abe y la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen mantuvieran una llamada en marzo, Wang atacó a Japón por su historia como potencia colonial y dijo que era responsable de «graves crímenes históricos y de la deuda con el pueblo chino».
Se celebra el funeral de Abe en Japón mientras su sucesor reaviva su agenda.
China tomó antes medidas para frenar las voces nacionalistas enfadadas con Abe por apoyar a Taiwán. Hu Xijin, ex director del periódico Global Times del Partido Comunista, dijo a la gente que vitoreaba el asesinato de Abe en las redes sociales que «es el momento de dejar de lado las disputas políticas».
Lai es el funcionario taiwanés de mayor rango que viaja a Japón en décadas, aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores en Taipei dijo que estaba en un «viaje personal».
Visitó la residencia familiar de Abe en Tokio, acompañado por Frank Hsieh, representante de Taiwán en Japón.
