CRECIENTES DISPARIDADES EDUCATIVAS ENTRE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS

El impacto negativo de la pandemia fue distinto entre las jurisdicciones provinciales y en las escuelas estatales y privadas. DISMINUYE LA CALIDAD EDUCATIVA Y AUMENTA LA DESIGUALDAD El panorama educativo argentino demuestra que, entre 2016 y 2021, no sólo disminuyó el nivel de conocimientos de los alumnos de las escuelas primarias, sino que también aumentó la desigualdad. Es positivo destacar la decisión política que dispone el establecimiento de una hora más de clase por día en las escuelas primarias de gestión estatal, impulsada por el Ministerio de Educación y aprobada por unanimidad por todas las provincias en el Consejo Federal de Educación. Una hora más de clase por día suma 38 días más de clase por año. Por esta razón, el Ministerio de Educación informa que “una hora más de clase por día significa que las chicas y los chicos que empiezan su escolaridad el año que viene, al final de los seis años, habrán completado el equivalente a 1 ciclo lectivo más”. En este boletín, la académica Ana Lucía Frega presenta su nota titulada “Educación, arte y derechos humanos: diálogos necesarios”. La autora expresa, como reflexión, que, “con este trabajo, se pretendió solamente señalar algunas relaciones entre los procesos generales de educación, la presencia del arte en materia de experiencias, y los derechos humanos. Se tuvieron en cuenta las posibilidades de acción de las acciones interrelacionadas en la escolaridad, en el escenario social, de forma tal que esa área también se pueda configurar como otro campo disciplinario, junto a tantos otros que defienden, preservan, garantizan y mantienen los derechos humanos como una dimensión esencial al trabajo profesional, a la vida y a la sociedad”. A su turno, el licenciado Francisco Boero, subdirector del CEA, presenta su informe titulado “Más días de clase para recuperar el nivel perdido por la pandemia”, en el cual compara la situación educativa en 2016 con la de 2021, de gran retroceso por la pandemia. Destacar que los promedios nacionales encubren diferencias entre provincias y sectores de gestión. En sus conclusiones, señala que “se ha incrementado la cantidad de estudiantes del nivel primario cuyo nivel de conocimiento en Lengua y Matemática es “Por debajo del básico”. También afirma que implican “un llamado de atención las magnitudes de dichas variaciones, así como el porcentaje sobre el total de alumnos afectados, sobre todo en el sector de gestión estatal, al cual asisten mayoritariamente los jóvenes más necesitados”. Asimismo, precisa que nuestro calendario escolar presenta una menor extensión que otros países latinoamericanos y del resto del mundo, y esta diferencia es aún mayor si se tienen en cuenta los días de clase perdidos por diversos motivos. Como consecuencia, sostiene que tener un calendario escolar con igual o mayor cantidad de días que el resto de los países latinoamericanos es un primer paso para que nuestros jóvenes no sólo comiencen a recuperar el nivel perdido, luego del cierre de las escuelas por la pandemia, sino para que dejen de perder sistemáticamente días de clase, año tras año, en comparación con los jóvenes de otros países, por la simple diferencia de extensión del calendario escolar