Sin contactos oficiales desde 2016, Taiwán y China aún conservan espacios para el diálogo

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Pese a que llevan más de ocho años sin mantener contactos oficiales, Taiwán y China todavía conservan algunos espacios para el diálogo que, si bien no sustituyen las necesarias relaciones entre los gobiernos, sí que contribuyen a mitigar las tensiones a ambos lados del estrecho.

El último ejemplo de ello fue el “consenso” alcanzado este martes respecto al incidente que provocó la muerte, el pasado 14 de febrero, de dos pescadores chinos en los alrededores de las islas Kinmen, un archipiélago bajo control taiwanés y ubicado a escasos kilómetros de China.

Este acuerdo, que incluyó la devolución de los cuerpos y la embarcación de los marineros a China, fue anunciado conjuntamente por el subdirector de la Oficina de Asuntos de Taiwán, Hong Kong y Macao de Quanzhou, Li Zhaohui, y el subdirector de la Guardia Costera de Taiwán, Hsieh Ching-chin, quienes se reunieron en un hotel del condado de Kinmen para sellar el entendimiento.

“La idea de ‘consenso’ probablemente aluda a una manera más práctica de abordar problemas comunes entre Taiwán y China”, afirma en declaraciones a EFE Elly Chung, profesora asociada de la Universidad Nacional del Océano de Taiwán.

Espacios para la interacción

Este tipo de “consensos” no son precisamente frecuentes. Tras la investidura presidencial de Tsai Ing-wen en 2016, el Gobierno chino suspendió todo contacto oficial con Taiwán, argumentando que las nuevas autoridades isleñas no reconocían el ‘Consenso de 1992’, un supuesto acuerdo por el que ambas partes coincidían en la existencia de “una sola China” en el mundo.

Las tensiones entre Taipéi y Pekín no han hecho más que aumentar desde entonces, aunque sus dos entidades intermediarias siguen operativas: es el caso de la Asociación para las Relaciones a Través del Estrecho de Taiwán (ARATS), del Gobierno chino, y la Fundación de Intercambios a través del Estrecho (SEF), controlada por el MAC; unos organismos semioficiales que gestionan asuntos técnicos y comerciales, pero cuyo margen de maniobra se ha visto muy limitado en los últimos años.

Las relaciones entre municipios, por el contrario, son mucho más fluidas: el alcalde de Taipéi, Chiang Wan-an, recibió en junio a la jefa de la Oficina de Asuntos de Taiwán de Shanghái, Zhong Xiaomin, y la última edición de la Summer Travel Expo de Taiwán contó con la presencia de más de 150 participantes chinos, entre ellos representantes de la ciudad de Chongqing (sur) y de la provincia de Anhui (este).

“Creo que es una forma maravillosa de ilustrar que el enfoque pragmático sigue siendo el más importante entre la sociedad taiwanesa y la china. Si consideramos ambos lados desde una perspectiva social y no gubernamental, hay muchas cosas que podemos hacer”, dice Chung.

Nulo contacto entre gobiernos

En cualquier caso, esos espacios no compensan por sí solos la ausencia de un mecanismo formal de comunicación: el actual presidente isleño, William Lai (Lai Ching-te), se ha ofrecido a retomar el diálogo con Pekín, sobre la base de que la República Popular China y la República de China (nombre oficial de Taiwán) “no están subordinadas entre sí”.

Desde que Lai, del Partido Democrático Progresista (PDP), fuera elegido a principios de este año, la mencionada oficina china para tratar con Taiwán ha subido el tono e incluso ha justificado la decisión china de contemplar “sanciones legales contra los separatistas recalcitrantes taiwaneses” por “incitar a la secesión”.

China también defiende los ejercicios militares que realizó en mayo alrededor de la isla como “una respuesta punitiva a las provocaciones” de Lai, a quien acusa de “revelar su verdadera identidad como separatista a las pocas horas de asumir su cargo”.
“Bajo la presidencia de Lai, el diálogo semioficial se mantendrá, pero quizá se refuerce el carácter independiente de Taiwán (…). (Lai) seguirá diciendo que tenemos que hacer las cosas de forma autónoma, pero al mismo tiempo quizás envíe a representantes de las industrias o de los ministerios (para hablar con China)”, constata Chung.

Aunque la comunicación con el PPD está en punto muerto, el Partido Comunista Chino (PCCh) sí mantiene contactos estrechos con el Kuomintang (KMT), el principal partido de la oposición taiwanesa. En abril de este año, el expresidente taiwanés Ma Ying-jeou (2008-2016), del KMT, mantuvo un encuentro en Pekín con el mandatario chino, Xi Jinping, emulando su histórica cumbre de 2015.

Durante la reunión, Xi aseguró que las “diferencias” en los sistemas políticos de China y Taiwán “no pueden cambiar el hecho de que las dos partes son un solo país”, en línea con la estrategia global del Gobierno chino, que condiciona el diálogo con las autoridades taiwanesas al abandono de sus posturas soberanistas.

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