Rusia suspende las conversaciones con Japón sobre las islas Kuriles

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Moscú reacciona así a la decisión de Tokio de unirse a las sanciones occidentales por la intervención militar en Ucrania

El contencioso sobre las Kuriles del Sur, que Japón llama Territorios del Norte, ha impedido firmar un tratado de paz tras la Segunda Guerra Mundial entre Moscú y Tokio durante 77 años

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El terremoto de Ucrania tiene también réplicas en Japón, país acostumbrado a movimientos sísmicos de otro tipo. Rusia ha suspendido esta semana los contactos para alcanzar un tratado de paz que nunca firmaron tras la Segunda Guerra Mundial. La decisión afecta directamente a las más meridionales de islas Kuriles, que desde 1945 controla Moscú y que Japón reclama como propias y llama Territorios del Norte.

El Gobierno ruso ha justificado su decisión en el hecho de que Japón se haya unido a los países occidentales y haya aplicado sanciones a Moscú por su intervención en Ucrania. Las autoridades japonesas han sancionado a 76 individuos y siete bancos, congelado reservas de divisas rusas y limitado las exportaciones de componentes de alta tecnología a Rusia.

La URSS ocupó las Kuriles más meridionales al final de la guerra y Japón desde entonces las reclama como propias

«No hay forma de discutir la firma de un documento fundamental en relaciones bilaterales con un Estado que toma posiciones abiertamente hostiles. En tales condiciones y con este enfoque de los líderes japoneses, no es posible hablar sobre la elaboración de documentos relevantes», declaró este miércoles María Zajárova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, en Radio Spútnik.

Según ella, Japón no solo se unió a un «coro rusófobo», sino que se colocó en la «vanguardia». Y añadió que Tokio trata de transmitir la posición de Estados Unidos en la región de Asia-Pacífico.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, calificó la decisión rusa como «extremadamente injustificada y absolutamente inaceptable», según recoge la agencia Kyodo. Añadió que la parte japonesa no cambia de rumbo para resolver este contencioso. A principios de marzo, aseguró ante el parlamento de su país que «los Territorios del Norte pertenecen a Japón. Son territorios originales de Japón».

En 2018

El presidente ruso, Vladímir Putin, y el entonces primer ministro nipón, Abe Shinzo, se comprometieron a no dejar este contencioso a las próximas generaciones

En la actualidad Moscú y Tokio llevaban a cabo el último de muchos intentos para firmar la paz que dejaron pendiente hace más de 75 años. En 2018 el presidente ruso, Vladímir Putin, y el entonces primer ministro nipón, Abe Shinzo, acordaron no dejar este asunto pendiente para las futuras generaciones. Decidieron basarse en una declaración conjunta de 1956, que indicó que tras la firma del tratado de paz, dos de las cuatro islas podrían ser transferidas a Japón: Shikotán y los islotes Habomai, que son las más próximas a Hokkaido.

Aunque Moscú no dijo que ese iba a ser el final, la posibilidad de entregar parte del territorio ruso provocó protestas en Rusia. Finalmente, el Kremlin insistió en que antes de llegar a ningún acuerdo Japón debía reconocer la soberanía rusa sobre las islas, lo que terminó alejando la esperanza de ningún pacto. Además, la reforma constitucional de 2020 prohibió la entrega de ninguna parte de Rusia a otro país.

Aun así, las conversaciones entre Moscú y Tokio parecían abrir caminos a la cooperación económica y el acercamiento de las islas a Japón. Pero eso se ha terminado con la decisión rusa de cortar las negociaciones sobre este asunto.

Consecuencias

Rusia también ha parado los viajes sin visado de los japoneses a las Kuriles y la colaboración económica

El Gobierno ruso también ha decidido detener los viajes sin visado de los japoneses a las Kuriles, así como retirarse del diálogo sobre el establecimiento de actividades económicas conjuntas en las Kuriles del Sur.

La embajada japonesa en Moscú ha dicho que la suspensión de la actividad conjunta en las Kuriles del Sur es «un fuerte desprecio a los sentimientos de los antiguos isleños y sus familias». Hasta agosto de 1945, en esas islas vivían 17.000 japoneses.

Las islas Kuriles llevan más de 150 años cambiando de manos. En 1855 el Tratado de Shimoda estableció la frontera entre la isla de Iturup (para el Imperio del Japón) y la isla de Urup (para el Imperio Ruso). Pero en 1875 se determinó por el Tratado de San Petersburgo que el Imperio del Japón cediese al Imperio Ruso la parte de la isla de Sajalín que controlaba, y a cambio el Imperio Ruso entregaba todas las islas Kuriles hasta la península de Kamchatka.

La URSS conquistó las Kuriles durante la Segunda Guerra Mundial, pero días después de la rendición japonesa. La capitulación se produjo el 14 de agosto de 1945, mientras que la ocupación soviética tuvo lugar entre el 18 de agosto y el 3 de septiembre de ese año. En los acuerdos de paz que firmaron los aliados y que Japón aceptó, en 1951 en San Francisco, se incluyó la anexión de estos territorios por parte de la URSS. Pero Tokio sostiene desde entonces que esos pactos no se referían a los que en Japón llaman Territorios del Norte, que considera genuinamente japoneses.

Japón siempre ha reivindicado como propias las islas que nunca antes de 1945 fueron rusas: Iturup (llamada Etorofu en Japón), Kunashir (Kunashiri), Shikotán y los islotes Habomai.

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