Más de un año y medio después de que se levantaran las restricciones sanitarias ligadas a la pandemia de Covid-19, la economía china sigue en medio de una crisis inmobiliaria, del desempleo juvenil y la falta de consumo, mientras la deflación lastra los salarios y las empresas. Es poco probable que Pekín alcance su objetivo de crecimiento del 5% para 2024, de ahí la decisión de tomar una serie de medidas.
El Banco Central va a reducir el coeficiente de reservas obligatorias (RRR) de los bancos, así como sus tipos de interés oficiales. “El coeficiente de reservas obligatorias se reducirá en 0,5 puntos porcentuales en un futuro muy próximo para proporcionar a los mercados financieros una liquidez a largo plazo de alrededor de 1 billón de yuanes” (128.000 millones de euros), explicó Pan Gongsheng, gobernador del Banco Central, en una rueda de prensa en Pekín. El RRR es un coeficiente que determina la proporción de depósitos que los bancos están obligados a mantener en sus cámaras acorazadas. Su reducción debería permitir conceder más préstamos a las empresas para apoyar la economía real. Otra reducción es la de los tipos de interés de las hipotecas inmobiliarias. Esta medida debería beneficiar a 50 millones de hogares y 150 millones de personas.
La crisis inmobiliaria pesa sobre las autoridades locales
Las bolsas de Hong Kong, Shanghái y Shenzhen han respondido positivamente disparándose. Pero el plan sigue siendo insuficiente, según los expertos. Piden un mega-paquete de estímulo para ayudar a las autoridades locales a reducir su deuda. Esta deuda colosal supera ya los 5 billones de euros y amenaza la economía china.
En los últimos meses, las autoridades chinas han intentado en repetidas ocasiones ayudar al sector inmobiliario. En mayo de 2024, redujeron el depósito exigido para la compra de una primera vivienda. Y el banco central liberó 300.000 millones de yuanes (38.000 millones de euros) en préstamos a bajo interés para permitir a las autoridades locales comprar viviendas no vendidas o no entregadas a precios presentados como asequibles.
El sector de la vivienda y la construcción representa desde hace tiempo más de una cuarta parte del PIB de la segunda economía mundial.