El mandato del presidente Moon Jae In culmina el lunes 9 y, hasta el último día como presidente, disfrutó de más de un 40% de apoyo popular, aunque su partido fracasó en mantenerse como partido oficialista.
Moon llegó al poder el 10 de mayo de 2017 entre gran expectativa, pues su investidura llegó por la destitución de Park Geun Hye, la anterior mandataria, en unas elecciones presidenciales que reflejaron el anhelo de la ciudadanía por una rápida normalización de la gestión del Estado.
Durante el mandato de Moon, un momento culminante fueron los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang 2018, torneo que sirvió para mejorar las relaciones intercoreanas y rebajar la tensión en la zona, comprometida por los misiles intercontinentales y el sexto ensayo nuclear de Pyongyang. A partir de ahí hubo acontecimientos históricos como la primera cumbre Corea del Norte-Estados Unidos entre Kim Jong Un y el entonces jefe de la administración de Washington, Donald Trump, aunque ahora se estima que la península coreana ha vuelto al contexto de hace cinco años.
En cuanto a política interna, destaca la controversia generada por las medidas inmobiliarias del Ejecutivo de Moon, que fracasaron en el intento de contener la burbuja de precios, así como las insuficientes compensaciones al comercio por las pérdidas sufridas durante la pandemia.
En todo caso, como importantes logros del Ejecutivo saliente figuran un efectivo control del COVID-19 y una baja tasa de mortandad, satisfactorios resultados económicos como una renta per cápita de 30.000 dólares, y el apoyo superior al 40% del que gozó Moon en el último tramo de su mandato.