El Gobierno encabezado por Fumio Kishida aprobó en abril un paquete de ayudas a empresas y particulares para sostener el gasto de los hogares y las actividades del sector privado ante el impacto de la inflación.
La economía japonesa ‘olvida la Covid’ y crece un 0,5% entre abril y junio con respecto al trimestre anterior, impulsado por el repunte del consumo doméstico y un cuantioso plan de ayudas públicas, según los datos publicados por el Gobierno. Este crecimiento llega tras la evolución prácticamente plana que registró la economía japonesa en el primer trimestre del año natural (cercana al 0,1%), según los datos preliminares ajustados de forma estacional y publicados este lunes por la oficina del Gabinete nipón. En comparación con el período abril-junio del 2021, el PIB japonés creció un 1,1%. En términos reales y con las estadísticas ajustadas a la inflación, los datos muestran tres trimestres consecutivos de avances para la tercera economía mundial, que se mantiene así en la senda del crecimiento pese al prolongado lastre de la pandemia y las dificultades generadas por la guerra de Ucrania.
La economía japonesa alcanzó además un volumen de 542,12 billones de yenes (3.970 millones de euros) a ritmo anualizado, lo que supone rebasar el nivel prepandemia del PIB nipón registrado en el último trimestre de 2019. El principal impulsor del PIB nipón entre abril y junio fue el consumo doméstico, que representa más de la mitad de la economía nacional y avanzó un 1,1% respecto al trimestre precedente gracias al levantamiento de las restricciones anticontagios a finales del pasado marzo. Hasta entonces estuvieron vigentes medidas como las limitaciones de horarios para bares y restaurantes o la recomendación de las autoridades locales de evitar los viajes no esenciales, con vistas a prevenir infecciones de Covid-19.Las exportaciones, el otro pilar principal del producto interior bruto japonés, crecieron un 0,9% intertrimestral, mientras que las importaciones avanzaron un 0,7%, lo que representa el coste creciente de las compras al exterior de recursos energéticos y materias primas. También contribuyeron al alza del PIB la subida del 0,8% de la inversión de capital corporativo, y el incremento del 0,6% de la demanda pública. Estos datos positivos de la economía japonesa reflejan en parte el efecto del amplio paquete de ayudas a empresas y particulares adoptado el pasado abril por el Ejecutivo que lidera Fumio Kishida, destinado a sostener el gasto de los hogares y las actividades del sector privado frente al impacto de la inflación global.
Las estadísticas muestran «una recuperación gradual» de Japón, según dijo el ministro de Revitalización Económica, Daishiro Yamagiwa, quien añadió que el Gobierno aspira a «poner a la economía en un camino de mayor expansión» y a crear «un círculo virtuoso de crecimiento sostenible basado en la demanda del sector privado y de la distribución de la riqueza». No obstante, las perspectivas de recesión global derivadas de las consecuencias de la guerra de Ucrania o los constantes problemas en la cadena de suministro complican el horizonte para la economía de Japón, que además afronta este verano su mayor oleada de contagios hasta la fecha. En este contexto, el Fondo Monetario Internacional rebajó el mes pasado las previsiones de crecimiento de Japón para el año natural 2022, hasta el 1,7%.
El primer ministro nipón anunció este mismo lunes sus planes para sacar adelante un nuevo paquete de medidas para mitigar los costes crecientes de las materias primas para consumidores y empresas, centrado en compensar el encarecimiento de productos como la gasolina y el trigo. Esto se sumará al programa por valor de 6,2 billones de yenes (unos 45.430 millones de euros) activado en abril por el Ejecutivo y financiado principalmente por una partida suplementaria del presupuesto estatal para el ejercicio en curso.