El índice de precios al consumo (IPC) en Japón subió en julio un 2,4 %, un nivel no visto desde hace siete años y medio en un país que durante años ha tratado de combatir la deflación y que se enmarca en la dinámica inflacionista global motivada por el encarecimiento de la energía y las materias primas.
El dato publicado hoy por el Gobierno nipón supone el undécimo mes consecutivo de incremento y el mayor alza de precios desde diciembre de 2014, cuando la subida del IPC fue del 2,5 % y vino motivada por un incremento del IVA de tres puntos porcentuales.