La prohibición japonesa de importar 38 productos rusos entra hoy en vigor en Japón como parte de las sanciones económicas impuestas por esta nación asiática a Rusia por su operación militar especial en Ucrania.
De acuerdo con la medida, los contratos de compra venta cerrados antes del 18 de abril tendrán un tiempo de tres meses para concretarse.
Los artículos vetados incluyen vodka, vino, cerveza, madera, maquinarias eléctricas, piezas de carros y motos, entre otros, que representan el 1,1 por ciento del total de bienes procedentes del país euroasiático en 2021, destacó la prensa local.
Durante ese periodo, el mayor volumen de adquisiciones correspondió a gas natural y petróleo ruso, renglones sobre los cuales el gobierno nipón evita de momento tomar acciones punitivas contra Moscú, por cuestiones de seguridad energética.
A propósito de las nuevas restricciones, el ministro de Economía, Comercio e Industria, Koichi Hagiuda, dijo en una sesión de la Dieta (Parlamento) que su adopción tendrá un impacto limitado en la industria nacional, pues muchos de los artículos previstos pueden obtenerse de forma alternativa.
Sobre la política coercitiva seguida por Japón, Estados Unidos y el resto de los países del Grupo de los Siete, el secretario jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno, declaró en conferencia de prensa que las medidas han tenido efectos diversos en la economía rusa, como el aumento de los precios y la retirada de las empresas extranjeras.
Al respecto, la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova indicó recientemente que Tokio “cumple con las instrucciones que recibe desde la otra parte del océano e impone una agenda ideologizada a sus socios extranjeros”.
La funcionaria advirtió sobre futuras contramedidas y subrayó que las actuales autoridades japonesas “destruyen de manera sistemática el desarrollo positivo de la cooperación mutuamente beneficiosa construida con esmero por sus predecesores durante muchos años”.
Desde el estallido armado el pasado 24 de febrero, Rusia sostiene que su ofensiva persigue la defensa de la población de Donbass, junto a la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.
Asimismo, el Kremlin indicó que otras condiciones para el fin de las hostilidades son el no ingreso de Kiev a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, el establecimiento de garantías de neutralidad militar de ese Estado y el reconocimiento de la reunificación de Crimea a Rusia.