Japón le ve las orejas al lobo: quiere independizarse y para ello necesita a sus fabricantes y miles de millones

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China asusta al mundo entero. El país ha despertado de su letargo. Los chinos han pasado de no tener ningún protagonismo en la escena automovilística internacional a dominar el campo de los coches eléctricos y de las baterías que los alimentan. Firmas como BYD y CATL, líderes en sus respectivos segmentos, podrían controlar la industria si los países y otros fabricantes no toman cartas en el asunto. Japón le acaba de ver las orejas al lobo y planea independizarse de la industria china, aunque para eso debe contar con la ayuda de sus grandes marcas y gastarse miles de millones de yenes.

Tampoco es ningún secreto que los japoneses parecen haberse dormido en los laureles. El coche eléctrico apenas representa una mínima parte del mercado local. Según datos oficiales, las ventas de vehículos eléctricos en Japón han caído un 39% durante la primera mitad del año. Entre enero y junio de este año se han contabilizado 29.282 unidades eléctricas. La cuota de mercado lleva en caída libre desde el primer semestre del año pasado, representando apenas un 1,6% del total de vehículos matriculados en Japón. A pesar de la escasa participación, el Gobierno no quiere que China lidere la industria.

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Las exportaciones de sus vecinos del oeste se han incrementado significativamente, aunque todavía son muy escasas. La empresa con mayor representación es BYD, que apenas ha derivado 980 coches a Japón en lo que llevamos de año. A diferencia de las marcas japonesas, BYD puede echar por tierra los precios ya que controla toda la cadena de suministros, desde el ensamblaje hasta la energía. BYD es líder mundial en la fabricación de baterías LFP. Por su parte, CATL, también china, lidera desde hace más de cinco años el campo de las baterías de iones de litio.

Los fabricantes japoneses dependen de los chinos para fabricar coches eléctricos y eso es lo que desde el Gobierno quieren evitar. Japón busca la independencia de China y para ello pretende invertir miles de millones de yenes en uno de los acuerdos público-privado más importantes del país. El objetivo es aumentar la producción de baterías de los 80 GWh actuales a los 120 GWh, esperando alcanzar un objetivo de 150 GWh a finales de la presente década. El Ministerio de Economía, Comercio e Industria anunciará próximamente una inversión de 350.000 millones de yenes, unos 2.212 millones de euros al cambio.

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