Japón pidió la eliminación de las prohibiciones a la importación de sus productos marinos impuestas por China y Rusia en una reunión del comité de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para debatir posibles problemas comerciales, según informó Kyodo News.
Además de plantear cuestiones sobre las restricciones a la importación en las reuniones relativas a las normas de la OMC, Japón también podría decidir presentar una queja ante el organismo mundial de comercio, ya que Tokio considera que las restricciones a la importación, introducidas tras el vertido de agua radiactiva tratada procedente de la central nuclear de Fukushima, afectada por el desastre, carecen de fundamento científico.
Durante la sesión del Comité de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, los funcionarios japoneses insistieron en que las prohibiciones de importación violan un acuerdo de la OMC que permite a los miembros tomar las medidas sanitarias necesarias para la protección de la salud humana siempre que se basen en principios científicos.
Estados Unidos, la Unión Europea, Australia y Gran Bretaña fueron algunas de las partes que apoyaron la postura de Japón.
China insistió en que Japón detuviera el vertido, afirmando que la prohibición general de las importaciones japonesas de marisco tiene por objeto proteger la vida y la salud de los consumidores chinos y se ajusta a la legislación nacional, así como al acuerdo de la OMC sobre la aplicación de medidas sanitarias y fitosanitarias.
Rusia, por su parte, criticó al gobierno japonés diciendo que el proceso hacia el vertido de agua carecía de transparencia.
Pekín impuso restricciones inmediatamente después de que Japón comenzara a verter al océano Pacífico las aguas residuales de la central de Fukushima Daiichi a finales de agosto, y Rusia no tardó en seguir su ejemplo.
Japón tiene previsto seguir vertiendo las aguas residuales tratadas -que se han ido acumulando en las instalaciones del complejo nuclear mientras prosiguen las obras de desmantelamiento de los reactores que sufrieron la fusión del combustible en el accidente nuclear de 2011- durante unos 30 años.
Aunque el tritio radiactivo no puede eliminarse en el proceso de tratamiento del agua, el gobierno ha afirmado la seguridad del vertido del agua, diluyéndola para reducir los niveles de tritio a menos de una cuarta parte de la concentración permitida por las normas nacionales de seguridad antes de verterla al mar.
Durante la reunión del comité de la OMC, los funcionarios japoneses también afirmaron que las instalaciones nucleares de todo el mundo liberan más tritio al medio ambiente que la central de Fukushima Daiichi.
Hasta ahora, no se han detectado niveles anormales de tritio y otros materiales radiactivos en los alrededores de la central, según la vigilancia medioambiental llevada a cabo por las autoridades japonesas, el operador de la central Tokyo Electric Power Company Holdings Inc. y el Organismo Internacional de Energía Atómica.
El OIEA afirmó en un informe publicado en julio que el plan de vertido de agua se ajustaba a las normas de seguridad mundiales y tendría un impacto «insignificante» sobre las personas y el medio ambiente.