El primer ministro japonés, Fumio Kishida, instó hoy a los partidos políticos de la coalición gobernante a que aceleren la modificación de la norma que prohíbe las exportaciones de armas letales, lo que marcaría un giro histórico de su política de defensa con el objetivo de ampliar su apoyo a Ucrania.
El premier pidió a sus compañeros de formación, el Partido Liberal Democrático (PLD), así como a sus socios de gobierno, Komeito, para que se apuren en levantar las restricciones para poder comenzar el envío de armamento durante la segunda quincena de agosto, según informa la agencia local de noticias Kiodo.
El jefe de gabinete, Hirokazu Matsuno, explicó que la coalición de gobierno está trabajando para generar no solo un clima de seguridad para Japón, sino también para establecer nuevas reglas que permitan ayudar a terceros países aliados en caso de ser invadidos militarmente, consignó la agencia de noticias Europa Press.
Sin embargo, si bien el PLD es partidario de relajar la normativa, su socio, Komeito, se mostró mucho reacio, ya que podría no solo empeorar los conflictos armados mundiales, sino también poner en riesgo el pacifismo adoptado por Japón tras la Segunda Guerra Mundial.
Japón mantiene una estricta normativa que impide la exportación de equipamiento y tecnología de defensa, y que veta la transferencia de armamento letal a otros países, salvo que estos hayan estado involucrados en su producción o desarrollo.
La legislación también prohíbe el envío de armas a países que estén en guerra en el marco de su Constitución pacifista.
A principios de mes, un grupo de trabajo de los partidos de la coalición presentaron una propuesta con la que el país asiático podría exportar vehículos equipados con armas letales para fines de defensa a países con los que compartan acuerdos de seguridad.
Se trata de la revisión de los tres principios que rige la Constitución a la hora de ofrecer apoyo militar.
Hasta el momento, Japón proporcionó a Ucrania ayuda financiera y equipamiento militar no letal, como chalecos antibalas y cascos, a diferencia del despliegue armamentístico de sus socios occidentales.