El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr, convocó este martes al embajador chino en el país tras la denuncia de los guardacostas filipinos del uso de un láser cegador «militar» contra uno de sus barcos en el Mar de China Meridional.
«El presidente ha convocado esta tarde al embajador chino, Huang Xilian, para expresar su seria preocupación por la creciente frecuencia e intensidad de las acciones de China contra los guardacostas filipinos y nuestros pescadores», reza el comunicado emitido hoy por el palacio presidencial de Malacañang.
Según el Gobierno filipino, la última «acción» de Pekín consistió en un «láser militar» contra naves del servicio guardacostas filipino, lo que motivó la convocatoria de Marcos al embajador chino, una de las formas más contundentes de protesta diplomática.
Aunque Huang Xilian ya había sido convocado dos veces por el Ejecutivo filipino desde abril de 2021 por incidentes de este tipo, en las anteriores ocasiones era el Ministerio de Exteriores quien realizó la convocatoria y no el propio presidente del país.
El incidente, acaecido el 6 de febrero, fue denunciado el lunes por los guardacostas filipinos, que acusaron a una patrulla costera china de escalar sus métodos de acoso empleando por primera vez un láser cegador.
Esta decisión de Marcos se produce después de que su Ministerio de Exteriores interpusiera hoy una protesta diplomática contra Pekín en la que denunciaba «el acoso» y las «maniobras peligrosas» de las naves chinas.
«Filipinas tiene el derecho de llevar a cabo actividades legítimas en su zona económica exclusiva (…) China no tiene el poder o derecho de circular alrededor del atolón Ayungin o ninguna parte de la zona económica exclusiva de Filipinas», enfatizó hoy la portavoz del Departamento de Exteriores de Filipinas, Teresita Daza.
La reacción de Daza sucede al comentario de la cancillería de China en la víspera, afirmando que sus guardacostas «operaron profesionalmente y con moderación» cuando un buque filipino entró «sin permiso» en las aguas del arrecife de Ren’ai (como se refiere China al atolón Ayungin), sobre el cual Pekín afirma su soberanía.
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En 2022, Filipinas interpuso 159 protestas diplomáticas contra China, y en lo que va de este año ya suman ocho.
Este nuevo episodio, sin embargo, llega en un momento especialmente delicado; la semana pasada Filipinas y EE.UU. firmaron un acuerdo que garantiza al país norteamericano el acceso de sus tropas a cuatro nuevas bases militares en áreas «estratégicas» filipinas, lo que China consideró que “agrava las tensiones en Asia”.
La primera potencia global, precisamente, no ha tardado en reaccionar, mostrando este martes su apoyo a Filipinas a través de un comunicado de la Embajada estadounidense en Filipinas, tachando la actitud del gigante asiático de «provocativa» y «peligrosa».
China y Filipinas se discuten la soberanía de varias islas y atolones en el mar de China Meridional, que Pekín reclama casi en su totalidad por «razones históricas», disputándose parte de esos territorios también con Malasia, Vietnam, Taiwán y Brunéi. EFE