El recién electo presidente de Sri Lanka, Anura Kumara Dissanayake, confirmó este jueves que su Gobierno espera finalizar mañana un acuerdo a nivel técnico con el Fondo Monetario Internacional (FMI), echando para atrás su promesa de campaña de buscar renegociar las condiciones del plan de rescate.
Con la firma de un nuevo acuerdo, Sri Lanka esperar recibir el tercer tramo de los casi 3.000 millones de dólares de un plan de rescate del programa del Servicio Ampliado del Fondo (SAF) del FMI, que solicitó la nación para hacer frente a la grave crisis económica de la isla.
“La realidad que tenemos ahora es que no tenemos tiempo para comprobar si estos acuerdos nos benefician o nos perjudican, ya que son el resultado de casi dos años de discusiones. No podemos seguir adelante si continuamos otros dos años estudiando y renegociando el acuerdo anterior”, dijo durante su discurso en la sesión inaugural del Parlamento.
De manera que el Gobierno del líder de tendencia marxista, que llegó al poder con la promesa de tomar medidas más populares, ha decidido llevan adelante el acuerdo alcanzado antes de su llegada al poder y bajo las mismas condiciones, dando un golpe de timón a su postura durante la campaña presidencial.
Dissanayake, que se designó a si mismo como ministro de Finanzas para liderar las conversaciones con el FMI, aseguró hace un mes que buscaría alcanzar los objetivos del programa del FMI, «buscando enfoques alternativos que alivien la carga de los ciudadanos».
Dicho préstamo asciende a 2.900 millones de dólares y fue aprobado el año pasado bajo el mandato del expresidente Ranil Wickremesinghe para ayudar al país a sortear la crisis económica que sufre en la actualidad, la peor de su historia.
Sin embargo, acarreó una serie de medidas restrictivas, como una subida de los impuestos, que rebajó el nivel de vida de los esrilanqueses y elevó su malestar.
Este descontento fue visible en las elecciones presidenciales del pasado 21 de septiembre, cuando Wickremesinghe fue duramente derrotado y Dissanayake triunfó gracias a una campaña centrada en la renegociación de las condiciones del préstamo. EFE