El primer ministro japonés, Fumio Kishida, se reunió el lunes con su homólogo tailandés, Prayuth Chan-ocha, para conversar sobre temas económicos, de seguridad y geopolíticos, incluida la agitación política en Myanmar y la guerra de Rusia en Ucrania.
Los dos líderes también supervisaron la firma de tres acuerdos que cubren la cooperación financiera, la transferencia de equipos y tecnología de defensa, y el apoyo para una respuesta de emergencia de COVID-19.
Kishida está en medio de un viaje al extranjero por cinco países. Anteriormente visitó Indonesia y Vietnam y viajará a Italia y el Reino Unido después de Tailandia.
Japón ha sido durante mucho tiempo un importante inversionista económico en Tailandia, y en una conferencia de prensa posterior a la reunión, Prayuth dijo que las dos naciones están redactando un plan estratégico de cinco años para una asociación económica.
Dijo que él y Kishida coincidieron en la importancia de la conectividad de la cadena de suministro para mejorar el desarrollo de la agricultura inteligente, la tecnología de comunicación 5G, la inteligencia artificial, la robótica y los vehículos y componentes eléctricos.
Prayuth también dijo que estaban complacidos con la “estrecha cooperación en defensa y seguridad” de sus países, pero no dio más detalles. Estados Unidos ha sido tradicionalmente el socio de seguridad más cercano de Tailandia, pero los lazos se han aflojado en la última década a medida que China ha extendido su influencia en el sudeste asiático. Japón, un rival estratégico de China, está ansioso por compensar el ascenso de Beijing.
La guerra en Ucrania ha ocupado un lugar destacado en las conversaciones de Kishida durante su viaje, y tanto él como Prayuth dijeron que estaban preocupados por la escalada de tensiones allí e instaron a poner fin a todas las hostilidades.
Prayuth dijo que propuso un nuevo enfoque para poner fin a la confrontación centrándose en las consideraciones humanitarias, y que un enfoque similar podría ser útil para restaurar la paz en el vecino de Tailandia, el gobierno militar de Myanmar.
Myanmar ha estado en crisis desde que el ejército tomó el poder el año pasado del gobierno electo de Aung San Suu Kyi. La toma de posesión se encontró con una resistencia pública masiva, y el país ahora está envuelto en lo que algunos expertos caracterizan como una guerra civil. Varios gobiernos han impuesto sanciones contra los gobernantes militares de Myanmar y algunos países del sudeste asiático, como Indonesia y Singapur, han condenado sus acciones.
Tailandia y Japón comparten un enfoque más suave y han sido menos críticos con el ejército gobernante. Tailandia tiene importantes intereses económicos en Myanmar y tiene su propia historia de gobierno militar. Históricamente, Japón ha tenido lazos amistosos con los gobiernos militares que han gobernado Myanmar la mayor parte de las últimas seis décadas.