El líder de la junta birmana, Min Aung Hlaing, se encuentra en China en la que supone su primera visita a la potencia asiática desde el golpe militar de 2021, que aisló al país, lo sumió en la semianarquía y agudizó un conflicto en el que Pekín ha buscado mediar.
El general golpista salió de la capital birmana, Naypyidó, en la mañana del martes, según divulgó la cadena de televisión birmana MWD, propiedad del Ejército, para participar hoy y mañana jueves en una cumbre para la cooperación económica entre los países del Mekong (China, Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam) en la ciudad de Kunming, en la región suroccidental china de Yunán.
Se trata del primer viaje a China y uno de los escasos desplazamientos al extranjero del líder de la junta birmana, que también ha estado en Rusia y en Indonesia poco después de la asonada del 1 de febrero de 2021 para una cumbre del Sudeste Asiático, a las que posteriormente se le dejó de invitar.
El primer ministro chino, Li Qiang, presidirá la cumbre, sobre la que China no ha facilitado más detalles hasta el momento, sin confirmar si se reunirá allí con el general.
Pekín ha reducido importancia a la visita, y su portavoz de Exteriores se ha limitado a subrayar que Birmania es un país «importante en la región» que ha participado de manera «consistente» en reuniones así.
No obstante, la visita a China de Min Aung Hlaing se produce en circunstancias especiales. El pasado agosto, el canciller chino, Wang Yi, se reunió con el jefe golpista en Birmania y le urgió a celebrar «elecciones inclusivas», en medio de las derrotas del Ejército más de tres años después del levantamiento militar.
Apenas un mes después, la junta birmana hizo un llamamiento a las guerrillas de minorías étnicas y las fuerzas prodemocráticas con las que se enfrenta para negociar una salida política de cara a la celebración de elecciones, oferta que rechazaron y que repitió en octubre.
Aunque los intercambios diplomáticos entre la junta militar y China tanto en Birmania como en la potencia asiática no han cesado desde la asonada, se han hecho más públicos con los años, así como la mediación de Pekín en el conflicto.
China, que comparte 2.129 kilómetros de frontera con Birmania, adopta en general un enfoque pragmático con el volátil país, y mantiene vínculos tanto con los generales como con grupos rebeldes y la oposición prodemocrática para asegurar sus numerosos proyectos económicos allí lidere quien lidere. EFE