El giro a la ortodoxia es un giro a la derecha

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En rigor de verdad el encabezamiento de esta nota no es una opinión del autor, ni siquiera de sectores del  peronismo, sí lo es del kirchnerismo que desde sus orígenes ha puesto en cuestión los acuerdos con el FMI,  que implican necesariamente un ajuste. El FMI es para el kirchnerismo la cara brutal del imperialismo. ­

En el caso actual la propuesta de Massa es doblemente peligrosa para el kirchnerismo, primero porque significa adecuar la economía a los lineamientos del capital financiero internacional y sus consecuencias internas: nuevo crédito, quita de subsidios, tasas altas, retracción de la emisión, reducción del déficit fiscal, caída del salario y las jubilaciones, recorte de la obra pública como también a la educación, a la salud, pero fundamentalmente el acuerdo con la oligarquía sojera y las exportadoras  a quien le da 200 pesos por dólar que luego vende  a 140. Casi un desfalco al pobrerío que el gobierno dice representar.­

Ciertamente es un ajuste a media máquina para llegar, sin sobresaltos, al 2023. Aun así, la oposición, como dio los votos para la negociación con el FMI, debiera tener una mirada amigable, fundamentalmente porque el kirchnerismo le dio la espalda a la votación. Largada la carrera electoral, a partir de marzo se verá.­

Segundo porque Massa mantiene aceitados vínculos con la derecha norteamericana, los republicanos de extrema derecha.  ­

En su momento trajo a su distrito de Tigre a Rudolph Giuliani para que lo asesorara respecto de como tratar a la delincuencia, tal cual el neoyorquino lo había hecho en su ciudad, con mendigos, vagos, negros, alcohólicos y prostitutas. Pero eso no es todo, Giuliani es el abogado de Donald Trump, del peor Trump, el que, según dicen ciertas voces interesadas, promovió la toma del Capitolio para desconocer el triunfo de Biden. Pero hay algo más grave, el 5 de enero Giuliani estaba reunido con Steve Bannon, según dicen, planificando la jornada sangrienta del 6 de enero. Cierto o no, lo que no se duda es de su amistad con Bannon. ¿Será esta relación la causa por la cual Verbitsky alertó el domingo 11 de setiembre sobre la influencia de la derecha en el mundo y la importancia de Bannon en esa movida? ¿Es una jugada a tres bandas y la última será Massa? Lo que no hay dudas es que el kirchnerismo atraviesa una situación casi desesperada. ¡Y de pronto los Siete Locos

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LOS SIETE LOCOS­

­Bueno, en rigor, no sabemos cuántos son los modernos locos, la Policía y la Justicia informan algunas cosas y callan otras. ¿Será que así se trabaja? ­

Para el lector que no conoce la novela, Los Siete Locos de Roberto Arlt, se trata de un hombre fracasado y golpeado por la vida, Erdosain, que se involucra con una sociedad secreta que se propone una revolución social contra el capitalismo haciendo volar por los aires la Casa Rosada. Esto en una apretada síntesis. Los nuevos ácratas, tan lúmpenes como aquellos, han tenido la virtud de aparecer en el momento justo. Cuando el kirchnerismo ingresaba al zoológico de la derecha, Cristina se corría lentamente de la jaula de los gorilas y Grabois advertía que se marchaba con sus tres diputados del Frente de Todos, dejándolo en minoría. ­

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¿Y LA BALA?­

­¡La bala no salió! Así afirma la mayor parte del periodismo argentino y  los amigos del gobierno: la bala no salió, aseguran categóricamente.

La bala ausente le devolvió centralidad a Cristina. Tema aparte, la bala que no salió es como decir el amor que no se dio entre el autor de esta nota y Sandra Bullok o los diputados de Bariloche que no concurrieron al Congreso Constituyente de 1853. ¡Lo que quiero decir estimado lector es que la bala no salió porque no estaba, no puede salir lo que no está! Y ahora sabemos que sabía usarla. ­

Es posible que aparezca en el juicio la idea de que el ácrata no quería matarla, por lo tanto le toquen pocos años de cárcel. Para esa eventualidad la Cámpora ha encontrado, dos semanas después, a un muchachote que afirma haber visto al ácrata forcejear con la corredera. ¡Ahora sí! ¡Ahí está! ¡Quería matarla!

Evidentemente hay problemas en el Gobierno sobre este asunto. Por un lado, el loco logró centralizar a Cristina cuando le apuntó con el arma descargada  y por el otro la Cámpora lo quiere bien preso. Pero la Policía Federal borró el celular del ácrata, y el abogado de Cristina dice «es tropa propia». Confuso. De todos modos La Campora que ha reivindicado la guerrilla no debiera hacer tanto escándalo por un par de machirulos. ­

El lumpen del arma estaba bien asesorado, al parecer: con bala es una cosa, sin bala es otra. Aunque no hay que ser muy lúcido para saber esto. En un país donde ningún crimen político se esclarece, desde el asesinato de Facundo, en Barranca Yaco, hasta Nisman, olvidémonos de un intento con un arma descargada.

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EL ODIO­

­Aparece entonces el odio. ¡Ha sido el odio que anida en la oposición la que empujó a los ácratas a empuñar un arma descargada!, afirma el kirchnerismo. Es muy arriesgado generalizar ese sentimiento a toda la sociedad. En rigor, está mas acotado a un sector transversal ocupado de las cuestiones políticas. La mayoría, entiendo, no siente odio, sí malhumor por la situación general, pero hasta allí llega.

 

Hay sin embargo hay algo que late en lo profundo de nuestra sociedad. Que de ningún modo es peronismo o antiperonismo, sencillamente porque peronismo no hay más. En los países las heridas se cierran y se abren otras. Estas últimas hay que identificar.

Con el retorno de Perón a la presidencia un ciclo de odio con fuerte encarnadura social se cerró. No es este el lugar para desarrollarlo con la documentación pertinente pues sería extenso hacerlo pero en su momento publiqué una carta donde quedaba en claro que uno de los principales actores del antiperonismo, el general Aramburu de predicamento en el Ejército, había tomado la decisión de cerrar el ciclo de enfrentamiento disponiéndose a desplazar a Onganía del poder, asumir la Presidencia y permitir la concurrencia electoral del general Perón, porque aquí nos equivocamos todos, dijo. Lo asesinaron los Montoneros. En síntesis el antiperonismo bajó las armas y una minoría elitista las levantó. Empezaba otra historia.

Los viejos enemigos como Frondizi y Balbín daban por cerrado el ciclo antiperonista. Pero se abrió otro más profundo y más grave: la violencia terrorista. Y eso no está cerrado. El Gobierno de Alfonsín creo una Comisión para investigar los crímenes cometidos desde el Estado, la Conadep, cierto que encarceló a la cúpula de Montoneros y ERP, pero no creo una comisión para investigar los crímenes cometidos por el terrorismo, eso quedó en manos privadas, en investigadores independientes. Ciertamente ningún gobierno posterior lo hizo. Menem amnistió. Pero un sector potente no lo aceptó. A lo largo de nuestra historia el Parlamento ha creado una variopinta galería de Comisiones para abordar problemas de interés público, estamos en deuda.

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