El ‘despertar’ de China enciende el camino del petróleo a los 100 dólares y cambia el paso de la OPEP

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China podría estar volviendo a rugir y, con ello, dando un espaldarazo clave a la OPEP y al petróleo. Los últimos datos de su PMI manufacturero, publicados el pasado fin de semana, sembraron el optimismo entre los analistas. Según los mismos, la segunda economía del mundo volvía en septiembre a territorio de expansión por primera vez desde marzo. La actividad de las fábricas vuelve a ponerse en marcha y confirma las buenas sensaciones de agosto, donde los beneficios de este sector se dispararon un 17,2%.

 

La economía del país lleva meses renqueando y, de hecho, aún no está claro que pueda enderezar el rumbo. Tras una dura política respecto al covid, la reapertura del país parecía plagada de buenas noticias, pero este impulso no duró mucho. Los beneficios pos-covid se diluyeron y entonces comenzaron los problemas derivados de una elevada deuda y los de su sector inmobiliario.

Al margen de estos desafíos, el Banco Mundial también ha explicado que China está siendo claramente lastrada por su envejecimiento y, debido a ello, empeoró sus pronósticos sobre su PIB para 2024 hasta el 4,4% frente al 4,8% en su último informe en abril.

La salud económica de China es un elemento definitivo para el precio del petróleo. El gigante asiático devoró en 2022 más de 12 millones de barriles diarios, siendo el principal importador del mundo. Según las últimas estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía, el consumo mundial llegará a récord este año de 101,8 millones de barriles diarios gracias a este país.

Por ello, sus situación fue el gran catalizador de las caídas en la materia prima hasta el verano, que llevaron el precio del barril hasta los 74 dólares. En aquel entonces China mostró una clara desaceleración. Prueba de ello fue un incremento del PIB el segundo trimestre del 0,8% intertrimestral, con una ralentización de 1,4 puntos respecto al arranque del año, tras una caída en la demanda interna y externa.

Sin embargo, desde Goldman Sachs tienen claro que estamos viviendo en los últimas semanas un incremento claro de la demanda de todo tipo de materias primas por parte de la segunda economía del mundo, en particular, del petróleo. Según el banco norteamericano, la demanda del ‘oro negro’ de este país ha experimentado un salto 6% en último mes superando todas sus expectativas. «La demanda de petróleo en China se ha visto respaldada por una movilidad interna récord». Según los últimos datos oficiales disponibles, China importó 52,9 millones de toneladas métricas en agosto (12,43 millones de barriles diarios) mostrando un incremento del 20,9% respecto al mes pasado y del 30,9% respecto al año anterior.

«Es posible que Arabia Saudí decida comenzar a aliviar su recorte voluntario»

Esta situación cambia la perspectiva de la OPEP y sus aliados, que está ya en conversaciones en Viena para su próxima decisión sobre la producción del cártel. Con la baja demanda de Asia y las dudas respecto al desempeño de la economía mundial en un entorno de altos tipos de interés de en EEUU y Europa, llegaron a empujar al precio de referencia Europeo a los 72 dólares el barril.

Ante este paradigma, la OPEP salió ‘al rescate’ con una nueva oleada de recortes. Sin embargo, destacaron los esfuerzos de Arabia Saudí, con un recorte adicional de un millón de barriles (que ha extendido hasta final de año) y con Rusia haciendo lo propio renunciando a producir 300.000 barriles diarios para «mantener la estabilidad y el equilibrio». Según la conclusiones de la propia OPEP, estas medidas, de la mano de una mayor demanda, desataron un déficit de suministro de más de tres millones de barriles diarios, el mayor en más de una década. Esta situación desató una escalada en el precio, hasta los 95 dólares, tras una subida del 27% en el último trimestre. Además, los expertos ya están avisando de que los 100 dólares por barril podría ser el próximo objetivo en el horizonte.

Ahora, el cártel se reúne para decidir que pasos tomar y diversos analistas creen que los recientes datos de China pueden hacerles plantearse un enfoque diferente. Así, desde ING explican que «para los sauditas, la gran preocupación es la demanda china» y «los datos publicados el fin de semana» ofrecen confianza tras su vuelta a la expansión por primera vez desde marzo». En ese sentido el analista de la firma, Warren Patterson, explica que «es posible que Arabia Saudí decida comenzar a aliviar su recorte voluntario». Eso sí, el experto descarta un cambio en la OPEP como conjunto, sino que limitan esto a las medidas emprendidas por el país de Oriente Medio.

Arabia Saudí podría entrar en una recesión este año del 0,5%

Arabia Saudí se encuentra en un momento extraño en el que, a pesar de marcar el rumbo del mercado energético mundial, está en riesgo de contracción económica por primera vez desde 2020 por sus recortes. A sus propias medidas se une las ya aplicadas por la OPEP, que han provocado en el país una caída total de la producción del 9%. Según Abu Dhabi Commercial Bank, la economía del país podría caer un 0,5% este año a pesar de que el resto de su economía, sin el petróleo, podría crecer un 5%. Desde Global Source Partners, también califican de «probable’ una contracción en el PIB del país viendo los últimos indicadores PMI. De hecho, el país ya entró de facto en recesión el trimestre pasado, al caer un 0,1%.

Ante esta situación, el país podría ver con buenos ojos producir más petróleo mientras una mayor demanda china puede favorecer a la materia prima. Eso mismo opinan expertos como Bob McNally, presidente de Rapidan Energy Group, que afirmó en una reciente entrevista para Bloomberg que «las probabilidades de que los saudís levanten el pie del acelerador son mayores de lo que piensa el mercado». En ese sentido, McNally apuesta por una reducción gradual de los precios. A pesar de todo, también hay quien piensa que no tiene por qué haber grandes cambios. El último acuerdo de extensión de sus recortes es aún muy reciente (comienzos de septiembre).

Además, el rumbo del barril parece fijado al alza, o, al menos, eso es lo que piensan la mayoría de los inversores. Goldman Sachs fue de los últimos en dar por hecho, que el precio del barril europeo alcanzaría los 100 dólares. «Creemos que la OPEP va a ser capaz de mantener el Brent en el rango de los 80-105 dólares en 2024″, explicaba la firma. Bank of America también lo ve por encima de los tres dígitos incluso antes de que acabe el año. Sin embargo, sigue existiendo división, con el precio objetivo del Brent de Bloomberg situándose en los 94,5 dólares para final del año.

«La alianza Arabia-Rusia es un desafío formidable para el mercado del petróleo»

En esta división también hay expertos, como los de Citigroup, que creen que esta última subida explotará con un rápido descenso a los 70 dólares el barril. El banco estadounidense defiende que el mercado global volverá a tener un superávit debido a los problemas económicos que pueden afectar al mundo el próximo año, al tiempo que «más petróleo entrará al mercado». En ese sentido, el analista Ed Morse, explicó en su informe trimestral que «estos precios más altos en el corto plazo podrían acelerar las futuras caídas en el largo», debido a que pueden golpear a unas economías en una lucha encarnizada contra la inflación.

Desde la Agencia Internacional de la Energía, las previsiones no se han visto alteradas. Creen que el déficit seguirá a pesar de las amenazas macroeconómicas en el horizonte: la estanflación, los bancos centrales… A pesar de ello, afirman que todo depende la «alianza saudí-rusa», un «desafío formidable para los mercados». En ese sentido, queda por ver si China puede sumarse a este problema y dar una vida extra al empuje mundial del petróleo.

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