Corea del Sur ha presentado una ambiciosa propuesta de inversión en el sector de construcción naval de Estados Unidos como parte de sus negociaciones para evitar la imposición de aranceles elevados por parte de Washington, a medida que se acerca la fecha límite del 1 de agosto. Según fuentes gubernamentales surcoreanas, la iniciativa ha sido bien recibida por la parte estadounidense.
Durante una reunión celebrada el viernes en Nueva York (hora local), el ministro surcoreano de Comercio, Industria y Energía, Kim Jung-kwan, se reunió con el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, a quien presentó el proyecto titulado «Make American Shipbuilding Great Again» (MASGA), una clara alusión al lema del presidente Donald Trump, «Make America Great Again» (MAGA).
El plan MASGA contempla inversiones de gran escala por parte de empresas surcoreanas de construcción naval en territorio estadounidense, incluyendo inyecciones de capital directo, préstamos y garantías respaldadas por instituciones financieras de Corea del Sur. Según fuentes, entidades como el Banco de Exportación e Importación de Corea del Sur (Eximbank) podrían participar en la financiación del proyecto.
Lutnick, una figura clave en el equipo negociador de EE. UU., habría respondido positivamente a la propuesta, expresando satisfacción con el compromiso de Seúl para impulsar la industria naval estadounidense.
Como parte de las gestiones diplomáticas y económicas en curso, se espera que el ministro surcoreano de Economía y Finanzas, Koo Yun-cheol, viaje esta semana a Estados Unidos. Según fuentes oficiales, Koo tiene previsto reunirse el jueves con el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.
Corea del Sur busca concretar un acuerdo con Estados Unidos antes del 1 de agosto, fecha en la que está programado que entren nuevamente en vigor los llamados «aranceles recíprocos» del 25 por ciento, así como otros gravámenes sectoriales que fueron impuestos por la administración Trump a las exportaciones surcoreanas.
Estos aranceles se aplicaron originalmente el 9 de abril, pero el presidente Trump ordenó su suspensión inmediata por 90 días, con el fin de facilitar las negociaciones. Aunque la suspensión ha sido extendida, Washington ha reiterado que los aranceles volverán a aplicarse si no se alcanza un acuerdo antes del plazo establecido.