Mientras el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, depositaba en Bucha una ofrenda floral por las víctimas de la invasión rusa, el presidente chino Xi Jinping asistía una opulenta cena de Estado ofrecida por Vladimir Putin, marcando el antagonismo entre los dos líderes asiáticos.
«El mundo se sorprendió al ver a civiles inocentes en Bucha asesinados hace un año. Realmente siento una gran ira por la atrocidad cometida aquí», dijo Kishida, después de ofrecer un momento de silencio.
Tanto Rusia como China han llevado a cabo ejercicios militares conjuntos cerca de las costas de Japón
Ucrania ha visto una gran cantidad de apoyo popular en Japón, en medio de una profunda preocupación en Tokio y entre el público japonés sobre lo que le sucedería a Japón si China invadiera Taiwán.
Tokio se ha unido a Occidente en la imposición de sanciones a Moscú. Kishida calificó la invasión de Rusia como una «vergüenza que socava los cimientos del orden legal internacional».