Un aumento de los aranceles de Estados Unidos sobre los productos chinos podría mermar el crecimiento, pero también forzar un cambio largamente esperado hacia el consumidor en la segunda mayor economía del mundo, según economistas de Goldman Sachs Group Inc.
En caso de mayores gravámenes, Pekín se vería obligada a incrementar el apoyo fiscal para seguir impulsando la demanda interna, señalaron el viernes analistas dirigidos por Xinquan Chen en una nota de investigación. Afirman que con la ola de estímulos gubernamentales de este año —que incluye un programa de intercambio de electrodomésticos y ayudas al sector inmobiliario— el crecimiento debería generarse internamente.
“Si los productos chinos enfrentan aranceles estadounidenses más altos el próximo año, esto acentuaría el cambio hacia la demanda interna”, escribieron los investigadores.
Inicia tu día bien informado con el boletín #CincoCosas. Suscríbete gratis aquí.
Los analistas y los inversionistas consideran cada vez más que las autoridades chinas se centrarán más en el consumo solo si el panorama comercial se debilita aún más. El veterano inversionista asiático Weijian Shan, presidente ejecutivo de PAG, también afirmó que un entorno exterior difícil incitaría a las autoridades a dar prioridad a un mayor consumo para impulsar el crecimiento económico.
China ha identificado la disminución de la demanda como un reto clave desde 2021 y prometió en repetidas ocasiones promover el consumo en las reuniones del Politburó, órgano que reúne a los altos funcionarios chinos. Muchos economistas —incluidos asesores políticos y otros que trabajan en instituciones privadas— han propuesto en los últimos años ayudas en efectivo a las familias para impulsar el gasto, pero hasta ahora Pekín no da muestras de seguir dicho consejo.
Organizaciones como el Fondo Monetario Internacional también han pedido un reequilibrio económico en China, para que deje de depender tanto de la inversión y el comercio. EE.UU. se ha unido al coro, criticando el exceso de oferta en la economía china. Para Pekín, la creciente hostilidad de EE.UU. y las medidas para limitar al país en tecnologías clave no han hecho sino reforzar la determinación del presidente Xi Jinping de dar prioridad a la autosuficiencia tecnológica y al sector manufacturero.
Los votantes estadounidenses irán a las urnas el martes en lo que se perfila como un empate entre Donald Trump y Kamala Harris. El expresidente afirmó que podría imponer un arancel a los productos chinos de más del 60% si es elegido.
Los analistas de Goldman parten de la base de un arancel del 20% sobre los productos chinos si Trump gana la presidencia, lo que contraería el producto interior bruto de la nación asiática en 0,7 puntos porcentuales y golpearía la formación de capital y las exportaciones. En ese caso, también esperan que China tolere un yuan más débil para mitigar el golpe, amplíe los programas de sustitución de bienes y equipos domésticos y proporcione ayudas en efectivo específicas a algunos hogares.