La cifra total en poder del gobierno, las empresas y los inversores japoneses individuales aumentó un 15,8 por ciento respecto a 2020, gracias en buena medida a la depreciación del yen, el cual cayó alrededor de 12 niveles frente al dólar estadounidense durante el periodo analizado, precisó el organismo.
Después de la nación asiática, los países mejor posicionados en el indicador fueron Alemania y Hong Kong.
En cuanto al saldo de pasivos externos de Japón, este fue de 838,69 billones de yenes (6,6 billones de dólares) y también marcó un aumento del 6,2 por ciento interanual, debido al incremento de las acciones japonesas a mano de inversores foráneos. Como resultado, la deuda externa mantuvo la tendencia alcista de los dos años anteriores, mencionó el informe.
Según los expertos, la métrica de los activos externos netos (valor total de los depósitos, inversiones y préstamos en el extranjero menos el valor total de las acciones nacionales en poder de no residentes) se considera indicadore macroeconómico importante de la salud financiera de un país.