Los principales líderes de la alianza del Indopacífico concurrieron a la cumbre de Tokio para debatir las amenazas de Pekin a Taiwán.
Los líderes de Estados Unidos, Japón, India y Australia se reunieron este martes en la cumbre de Tokio para tratar como tema central la expansión militar de China sobre Taiwán.
Los gobernantes de los países miembros del QUAD, la alianza estratégica del Indopacífico creada en 2018, debatieron asuntos comerciales en la región y el nuevo rol de Pekín como amenaza en el continente asiático. Por el contrario, el ministro de exteriores chino, Wang Yi, amenazó a la Casa Blanca de pretender crear una “versión asiática de la OTAN”.
Asimismo, el presidente de EEUU, Joe Biden, afirmó que su gobierno estaría dispuesto a intervenir “militarmente” en Taiwan si China lanzara un ataque a la isla. “Asumimos el compromiso. China no tiene la jurisdicción para entrar y usar la fuerza para apoderarse de Taiwán”, declaró a periodistas en Tokio.
En respuesta a las declaraciones del ex vicepresidente, el portavoz chino de la Oficina de Asuntos de Taiwán sostuvo que “EEUU está jugando con fuego” al utilizar a la isla.
Respecto a los asuntos comerciales, Biden encabezó el nuevo “Marco Económico para la Prosperidad en el Indo-Pacífico” (IPEF) entre los cuatro miembros del QUAD, Nueva Zelanda, Vietnam, Corea del Sur, Indonesia, Singapur, Brunei, Filipinas y Malasia. Este nuevo foro económico de 13 países representa cerca del 40% del PBI mundial y su principal objetivo es promover el comercio y la inversión entre sus socios.
También este acuerdo busca garantizar cadenas de suministro energético, de materias primas y una fuerte cooperación en tecnologías entre los países miembros.
“El IPEF no es un acuerdo de libre comercio, sino un compromiso para trabajar con nuestros amigos cercanos y socios en la región ante desafíos para garantizar la competitividad económica en el siglo XXI. Se trata de democracias contra autocracias”, declaró Biden contra China. Este acuerdo excluye principalmente al gigante asiático en pos de acrecentar el predominio de EEUU en Asia.
La cumbre fue dirigida por el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y también contó con la participación del reciente premier electo australiano, Anthony Albanese.