Nicaragua y China firmaron el jueves 21 de diciembre un crédito equivalente a unos $430 millones para la construcción de un aeropuerto internacional y una terminal de gas licuado, informaron funcionarios.
El convenio se da como parte de una «asociación estratégica» anunciada esta semana luego de una conversación telefónica entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega, dijo Laureano Ortega Murillo, hijo del mandatario y asesor presidencial para inversiones, comercio y cooperación internacional.
«Nos sentimos orgullosos y contentos de poder llevar a cabo esta importante ceremonia en esta noche aquí en Managua y el día viernes 22 allá en China», sostuvo Ortega Murillo a medios oficialistas tras el evento virtual.
Los fondos chinos se destinarán al proyecto del Aeropuerto Internacional Punta Huete y al Proyecto Tres Esferas para el almacenamiento de gas licuado de petróleo (GLP), indicó Ortega Murillo.
El ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, dijo que “hablamos de movilizar recursos importantes para el país, más $430 millones”.
Agregó que el convenio es en la moneda china, el yuan, lo que calificó como «una ventaja importante para el país en la estrategia de desdolarización».
La empresa estatal China CAMC Engineering trabajará en la reconstrucción, ampliación y mejoramiento de la pista aérea de Punta Huete, unos 58 kilómetros al norte de Managua, para convertirlo en un aeropuerto internacional, y en la planta de GLP.
«Estamos ante un proyecto de transformación del país» con el nuevo aeropuerto que permitirá mayor conectividad con Asia, Europa y otras regiones, añadió Acosta en declaraciones al canal 4.
Ambos países anunciaron en octubre varios proyectos de infraestructura a cargo de empresas chinas.
En agosto pasado, ambos países firmaron un Tratado de Libre Comercio que entrará en vigencia el 1 de enero.
Nicaragua y China han acelerado sus lazos de cooperación desde que restablecieron relaciones diplomáticas en 2021, luego de que Managua cortara los nexos con Taiwán, al que Pekín considera un territorio propio que busca recuperar.
Pekín y Managua mantuvieron relaciones diplomáticas en el primer gobierno del sandinista Daniel Ortega, en la década de 1980, pero tras su derrota electoral en 1990, su sucesora en la presidencia, Violeta Barrios de Chamorro, rompió con el gigante asiático y estableció lazos con Taiwán.