La industria tailandesa del cannabis se encuentra en el limbo. El Gobierno del primer ministro, Srettha Thavisin, pretende volver a regular la venta de la planta y reducirla solamente para su uso médico, algo que preocupa a la industria.
Tailandia fue el primer país del sudeste asiático en despenalizar el cannabis el año pasado. Desde entonces, más de un millón de personas se han registrado para cultivar cannabis y casi 6.000 tiendas que venden esta planta psicoactiva abrieron en todo el país. Más de 1.200 de ellas están en Bangkok.
¿Qué dicen los vendedores de cannabis?
May Kamkrad abrió su tienda Fat Buds Weed Shop en el barrio Ekkamai de Bangkok, poco después de la despenalización. Ella dice que sus clientes son tanto locales como extranjeros, y que el negocio le ha cambiado la vida: «Tuve que pedir dinero prestado para abrir. El cannabis me ha dado un empleo y me hizo aprender a ganar dinero. Antes trabajaba en un restaurante, pero ahora gano más dinero. Mi familia y nuestras vidas han mejorado, Como gano más, puedo mantener a mi familia», explica a DW.
La decoración creativa y acogedora del local refleja sus humildes comienzos: «No invertimos mucho dinero en esto. Teníamos la mesa y el aire acondicionado, eso es todo. Lo demás se ha ido añadiendo con el tiempo. Para nosotros no se trata solo de hacer buen dinero, sino de actuar a largo plazo, ganarnos la confianza de la comunidad e intentar hacer lo correcto», afirma Ricky, que dirige la tienda junto con May.
El crecimiento exponencial de la industria
Fat Buds no se parece a los nuevos y llamativos proveedores de Thong Lo, la zona de ocio nocturno de Bangkok. Allí, muchas tiendas operan en edificios renovados, con mostradores limpios, luces brillantes y precios más altos. Parecen centros médicos.
La Cámara de Comercio tailandesa calculó que el sector del cannabis podría alcanzar un valor de 1.250 millones de dólares en 2025. No obstante, según Kitty Chopaka, activista y propietaria de la tienda Chopaka en Bangkok, cualquier restricción afectará a los vendedores.
«Apoyo a más de 50 granjas en mi tienda, y una granja normalmente equivale a un mínimo de una a cinco familias», indica a DW. Estima que el público debería poder acceder al cannabis de forma responsable, ya que la industria ha demostrado que puede cumplir las normas.
Gloria Lai, Directora Regional para Asia del Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas, ve con preocupación la entrada en vigor la nueva normativa: «La industria ha crecido mucho. Cualquiera que sea la nueva normativa que se adopte, afectará a un amplio abanico de personas», explica a DW.
¿Cómo cambiará la industria?
Sin embargo, Carl Linn, cofundador de Cannabox Thailand, un servicio de entrega de cannabis, opina que el consumo recreativo ha llegado para quedarse: «Creo que lo que sucederá es que, cuando todo esto se resuelva, tendremos una nueva versión de lo que es el cannabis medicinal», señala a DW.
«Considero que habrá normativas diseñadas para crear un entorno en el que solo se pueda cultivar y vender cannabis medicinal. El objetivo no es la idea rimbombante de un todo o nada con respecto al cannabis. Pienso que el cannabis estará disponible para quienes quieran consumirlo en Tailandia», subraya.
Eso sí, pronostica un cambio profundo: «Van a exigir a todos los proveedores que presenten certificados de análisis. Es un gasto que cerrará muchos dispensarios que no pueden optar a una nueva licencia. Creo que más del 65 por ciento de los proveedores de Tailandia desaparecerán, por lo que el panorama será muy diferente».