Una serie de fuertes sismos que sacudieron el oeste de Japón han causado la muerte de al menos 78 personas, mientras los rescatistas intentaban salvar a aquellos que se teme quedaron atrapados entre los escombros de edificios colapsados.
Las réplicas continuaban sacudiendo la prefectura de Ishikawa y zonas cercanas dos días después de que un temblor de magnitud 7.6 sacudiera la zona. Las primeras 72 horas son consideradas cruciales para salvar vidas después de catástrofes.
Los servicios de agua, electricidad y telefonía celular seguían inoperantes en algunas áreas. Los residentes expresaron tristeza por sus viviendas destruidas y el futuro incierto.
“No es sólo que sea un desastre. El muro se ha venido abajo, y es posible ver la habitación contigua. No creo que podamos seguir viviendo aquí”, dijo Miki Kobayashi, residente de Ishikawa, mientras recorría su casa.
Su vivienda también resultó dañada en un terremoto de 2007, señaló.
En la ciudad de Wajima se registraron 29 decesos, mientras que 22 personas murieron en Suzu, según funcionarios de la prefectura de Ishikawa. Decenas de personas han sufrido heridas graves, incluso en otras prefecturas.
Aunque el número de víctimas sigue aumentando gradualmente, las alertas al público, retransmitidas por radio y teléfono, y la rápida respuesta del público en general y de las autoridades parecen haber limitado algunos de los daños.