La política arancelaria del Gobierno de Donald Trump está avivando la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo.
Mientras que EE.UU. anunció que impondrá un arancel de 104 % a todas sus importaciones chinas a partir de este miércoles (que poco después subió hasta el 125 %), China respondió con aranceles de represalia de 84 % a las importaciones de productos estadounidenses.
Tras este intercambio de gravámenes a las importaciones, China criticó los aranceles de EE.UU. y dijo que no se retractaría de una guerra comercial.
“La escalada de aranceles de Estados Unidos sobre China es un error tras otro, que infringe gravemente los derechos e intereses legítimos de China y daña seriamente el sistema de comercio multilateral basado en reglas”, dijo la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado de China en un comunicado.
Por su parte, Estados Unidos también calificó los aranceles de represalia de China como un “error” y aseguró que el país asiático no sabe cómo llegar a un acuerdo.
“Los países como China, que han elegido tomar represalias e intentar redoblar su maltrato a los trabajadores estadounidenses, están cometiendo un error”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, a reporteros el martes. “El presidente Trump tiene una voluntad de acero, y no se quebrará. Los chinos quieren llegar a un acuerdo, simplemente no saben cómo hacerlo”, agregó.
De EE.UU. a China
En 2024, Estados Unidos exportó bienes a China por valor de US$ 143.500 millones, según el representante comercial estadounidense.
Las principales exportaciones, según la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU., fueron:
- Soja
- Aeronaves civiles, motores y piezas
- Microchips y microconjuntos, incluidas sus partes
- Artículos farmacéuticos, incluidas vacunas
- Petróleo (gas y combustible)
- Automóviles y vehículos
Ahora que China aplicó un arancel del 84 % a los productos estadounidenses en represalia por los aranceles del gobierno de Trump, estas exportaciones estadounidenses se verán afectadas a partir del jueves.
Algunos productos, como la soja, ya estaban sujetos a aranceles, aunque a un nivel mucho más bajo.
Cuando China introdujo aranceles a la soja en el pasado, eso perjudicó a los agricultores estadounidenses. Las exportaciones estadounidenses de soja disminuyeron drásticamente inmediatamente después de que China impusiera aranceles en 2018.
De China a EE.UU.
En tanto, China envió un total de US$ 439.000 millones en productos a Estados Unidos en 2024.
Esto supone un déficit comercial para Estados Unidos de más de US$ 295.000 millones frente a China, una situación que se ha mantenido durante décadas.
La electrónica de consumo es uno de los principales productos que Estados Unidos importó de China en 2024, según datos comerciales federales. Esto incluye:
- Teléfonos móviles
- Televisores
- Computadoras portátiles
- Consolas de videojuegos
- Monitores
- Todos los componentes que alimentan estos aparatos
China también es un importante proveedor de electrodomésticos. Estos, junto con los juguetes y el calzado, están especialmente expuestos a las amenazas arancelarias de Trump.
Un asombroso 99 % de los zapatos vendidos en EE.UU. son importados, según Footwear Distributors & Retailers of America, un grupo comercial que representa a Nike, Steve Madden, Cole Haan y otras marcas de calzado.
Más de la mitad (56 %) de los zapatos que se venden en Estados Unidos se fabrican en China.
Los aranceles mutuos amenazan con perjudicar a las industrias estadounidenses y podrían generar despidos.
Si Trump cancelara sus aranceles, algo que ha prometido repetidamente no hacer, gran parte del daño económico podría revertirse, “pero ciertamente no todo”, declaró a CNN Colin Grabow, director asociado del Centro Herbert A. Stiefel para Estudios de Política Comercial del Instituto Cato.
“Las acciones de Trump han dañado significativamente la credibilidad de Estados Unidos, no solo por las endebles justificaciones de los aranceles, sino también por la violación de los acuerdos de libre comercio de larga data con sus socios comerciales”, dijo Grabow. “Las empresas necesitan cierto grado de certidumbre para operar, y el enfoque caótico de Trump no se lo proporciona”.