Japón registró una contracción en su economía del 0,7 % anualizado en el primer trimestre de 2025, marcando su primera caída en un año, según datos publicados este viernes por la Oficina del Gabinete. El producto interior bruto (PIB) real, ajustado por inflación, retrocedió un 0,2 % respecto al trimestre anterior, reflejando una demanda interna débil antes de que entraran plenamente en vigor los nuevos aranceles estadounidenses.
La caída superó las expectativas de los analistas. Una encuesta del Centro de Investigación Económica de Japón entre 37 economistas anticipaba, en promedio, una contracción anualizada del 0,19 %. El retroceso estuvo impulsado por el débil consumo privado, que apenas avanzó un 0,04 %, y por el encarecimiento de las importaciones, todo en un contexto de inflación persistente que sigue superando las subidas salariales.
Las exportaciones también contribuyeron negativamente al resultado, al caer un 0,6 %, su primer descenso en cuatro trimestres. Según el gobierno, la disminución estuvo relacionada con menores ingresos por servicios vinculados a propiedad intelectual y desarrollo tecnológico. En contraste, las importaciones aumentaron un 2,9 %, impulsadas por la compra de aeronaves y pagos por publicidad digital, lo que también pesó sobre el PIB.
El débil arranque de 2025 se produce justo antes del impacto total de los nuevos aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump, que comenzaron a aplicarse en abril. Estos gravámenes han generado inquietud sobre un posible deterioro más agudo de la economía exportadora japonesa, y podrían afectar tanto el gasto de los hogares como la confianza empresarial.
El primer ministro Shigeru Ishiba, cuyo gobierno en minoría enfrenta una delicada situación política, prepara un paquete económico para mitigar los efectos de la inflación y los aranceles, con vistas a las elecciones de la Cámara de Consejeros este verano.
Entre los componentes más sólidos del trimestre se destaca la inversión empresarial, que subió un 1,4 %, encadenando cuatro trimestres al alza. El aumento estuvo impulsado por la demanda de equipos para la producción de semiconductores y tecnologías que permitan reducir la dependencia de mano de obra, en un país marcado por la escasez estructural de trabajadores.
A pesar de que el PIB nominal —que no ajusta por inflación— creció un 0,8 % trimestral (3,1 % anualizado), los analistas prevén que el crecimiento económico seguirá enfriándose en los próximos meses. El ritmo de desaceleración dependerá en gran parte del resultado de las negociaciones con Washington sobre una eventual reducción de los aranceles de Trump.
Shinichiro Kobayashi, economista principal de Mitsubishi UFJ Research and Consulting, advirtió que el retroceso del PIB refleja un consumo estancado que no logra compensar la pérdida de impulso del sector externo. “Los precios han subido, y aunque las familias están gastando más en términos nominales, el consumo real no crece desde hace medio año”, apuntó.
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