Con Xi Jinping asegurando un control férreo sobre el partido gobernante y la economía política de China, los debates de larga data sobre la sostenibilidad del asombroso crecimiento del país han vuelto a la palestra. La creciente evidencia de estancamiento sugiere que, después de haber llegado tan lejos, el modelo de China puede no ser tan excepcional después de todo.China pone de relieve una pregunta muy debatida sobre el desarrollo económico: una autocracia verticalista, ¿puede superar a las economías de mercado liberales en términos de innovación y crecimiento?