Japón manifestó su preocupación por la reciente declaración temporal de ley marcial en Corea del Sur, que desató una ola de críticas y tensiones tanto dentro como fuera del país vecino. El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, declaró que su gobierno está monitoreando de cerca los acontecimientos para evaluar su impacto en las relaciones bilaterales y garantizar la seguridad de los ciudadanos japoneses en suelo surcoreano.
Desde que Yoon Suk Yeol asumió la presidencia en 2022, las relaciones entre Japón y Corea del Sur han mostrado señales de mejora tras décadas de tensiones marcadas por disputas territoriales y el legado de la ocupación japonesa. Ishiba, quien asumió el cargo en octubre, había expresado su intención de mantener este impulso positivo, en particular ante la cercanía del 60.º aniversario de la normalización de las relaciones bilaterales. No obstante, los eventos recientes han generado incertidumbre sobre la posibilidad de una cumbre planificada para enero entre ambos líderes.
La declaración de ley marcial por parte de Yoon, destinada según él a frenar actividades «antiestatales», fue retirada pocas horas después tras una fuerte presión parlamentaria. Sin embargo, la medida dejó un impacto significativo en la percepción pública y política, con crecientes llamados a su renuncia y un revuelo que ha alcanzado a sus aliados internacionales. Japón, como uno de los principales socios de Corea del Sur en el contexto de la cooperación trilateral con Estados Unidos, tiene un interés estratégico en la estabilidad del país vecino, especialmente debido a las amenazas nucleares y balísticas de Corea del Norte.
Ishiba evitó comentar directamente sobre la política interna surcoreana, pero subrayó la importancia de la cooperación en defensa y seguridad entre ambos países. Por su parte, el ministro de Defensa japonés, Gen Nakatani, destacó que la coordinación entre Japón, Corea del Sur y Estados Unidos es crucial para garantizar la seguridad regional.
Empresas japonesas como Japan Airlines y Fast Retailing, que opera las tiendas Uniqlo en Corea del Sur, también han seguido de cerca los desarrollos políticos, aunque hasta el momento no han reportado interrupciones en sus operaciones.
Con años de dificultades históricas y diplomáticas detrás, Japón y Corea del Sur habían comenzado a construir un camino hacia relaciones más estrechas. Sin embargo, las recientes tensiones políticas en Seúl podrían alterar esa dinámica, afectando no solo la cooperación bilateral, sino también el equilibrio estratégico en el noreste asiático. Las próximas semanas serán decisivas para determinar si los avances logrados en los últimos años pueden sostenerse ante esta crisis política.