Entre bastidores hay comunicación directa con el país musulmán más grande del mundo, pero es difícil estimar cuándo estarán listas las relaciones para la normalización. Los estadounidenses también están implicados, pero se estima que los indonesios esperarán a que se llegue a un acuerdo entre Israel y los saudíes.
La atención política sobre la ampliación de los Acuerdos de Abraham se dirige principalmente a Arabia Saudita, pero Ynet y Yediot Ahronoth han sabido que detrás de escena se están llevando a cabo negociaciones secretas con funcionarios de otro país importante: Indonesia, el país musulmán más grande del mundo y la cuarta democracia más grande.
En febrero de 2024 se celebrarán en Indonesia importantes elecciones para la presidencia, la vicepresidencia y el parlamento, y sus resultados decidirán si el país normalizará sus relaciones con Israel. Hoy en día, Israel no tiene relaciones diplomáticas oficiales con Indonesia, pero tiene canales de comunicación directos con varias partes del país que están interesadas en mejorar las relaciones, y entre los países existen vínculos de cooperación comercial, turística y de seguridad. Los estadounidenses también están trabajando entre bastidores para convencer a los indonesios de que normalicen las relaciones.
En Israel, hay desacuerdo sobre si Indonesia normalizará sus relaciones con Israel antes que Arabia Saudita o si preferiría hacer lo mismo. Si bien hay quienes esperan que Indonesia adopte medidas iniciales de calentamiento, hay altos funcionarios en Israel que expresan escepticismo sobre la cuestión y piensan que los indonesios no están realmente preparados para ello.
Si bien Indonesia niega públicamente sus planes de establecer vínculos con Israel, según las estadísticas publicadas por el Ministerio de Comercio, Indonesia exportó a Israel bienes distintos del petróleo y gas por valor de 185,2 millones de dólares en 2022, mientras que ese año importó bienes de Israel por valor de 47,8 millones de dólares.
Los mismos altos funcionarios señalan que en los últimos meses a los atletas israelíes no se les ha permitido entrar en Indonesia, lo que le ha hecho perder la sede de varios torneos internacionales. Además, un alto funcionario israelí dijo que Indonesia teme manifestaciones y protestas de extremistas, por lo que tiene más sentido esperar a Arabia Saudita, señalando que con la composición actual del gobierno será muy difícil convencer a los indonesios para que se muevan.