India cerró este 23 de abril su principal paso fronterizo terrestre con Pakistán, además de suspender un tratado clave de reparto de aguas, después de que hombres armados abrieran fuego contra turistas en Cachemira el día anterior. Las tensiones entre los dos países han alcanzado un nuevo máximo desde el ataque que causó 26 muertos, que Nueva Delhi atribuye Islamabad por presuntamente respaldar el terrorismo transfronterizo.
India adoptó el miércoles una serie de medidas diplomáticas punitivas contra su vecino Pakistán, acusando a Islamabad de apoyar el «terrorismo transfronterizo» tras un atentado mortal contra civiles en Cachemira.
El atentado ha hundido las relaciones entre ambos países, dotados de armamento nuclear, hasta sus peores niveles en varios años, y algunos temen que la salva diplomática de Nueva Delhi sea sólo la primera de una serie de medidas, con el riesgo potencial de una acción militar.
Las medidas de India, que incluyen la suspensión de un tratado clave para compartir el agua y el cierre del principal paso fronterizo terrestre, llegan un día después de que varios hombres armados abrieran fuego contra turistas en la Cachemira administrada por India.
Pakistán responderá a las medidas indias con un «ojo por ojo», declaró el viceprimer ministro paquistaní, Ishaq Dar.
Los pistoleros mataron a 26 hombres – todos indios excepto un nepalí – en el ataque más mortífero contra civiles en la región del Himalaya en un cuarto de siglo.
Los asesinatos han conmocionado a Nueva Delhi, ya que marcan un cambio drástico hacia ataques contra civiles y contra la industria turística vital de la zona, en lugar de ataques a menor escala contra las fuerzas de seguridad indias, que son más habituales.
El primer ministro indio, Narendra Modi, ha prometido que los responsables de este «acto atroz» serán llevados ante la justicia.
«Su malvada agenda nunca tendrá éxito», declaró Modi poco después del atentado. «Nuestra determinación de luchar contra el terrorismo es inquebrantable y se hará aún más fuerte».
«Riesgo grave»
El ministro de Defensa indio, Rajnath Singh, prometió también una respuesta rápida.
«Los responsables y los que están detrás de semejante acto oirán muy pronto nuestra respuesta, alta y clara», declaró Singh en un discurso en Nueva Delhi este 23 de abril
«No sólo llegaremos a quienes perpetraron el atentado. También llegaremos a quienes lo planearon entre bastidores en nuestra tierra».
Ningún grupo ha reivindicado oficialmente la autoría del atentado en la región de mayoría musulmana donde los rebeldes llevan librando una insurgencia desde 1989, en busca de la independencia o la fusión con Pakistán.
El miércoles por la noche, el ministro indio de Asuntos Exteriores, Vikram Misri, leyó una serie de acciones contra Pakistán.
Entre ellas, la suspensión del Tratado de Aguas del Indo de 1960 para compartir el agua crítica de los afluentes del Himalaya «hasta que Pakistán rechace de forma creíble e irrevocable su apoyo al terrorismo transfronterizo», declaró Misri a la prensa en la capital.
También incluye el cierre del principal paso fronterizo terrestre y varias reducciones de personal diplomático, incluida la retirada de varios funcionarios indios de Islamabad y la orden de que los paquistaníes regresen a casa.
El analista Michael Kugelman dijo que el ataque planteaba un «riesgo muy serio de una nueva crisis entre India y Pakistán, y probablemente el riesgo más serio de una crisis desde el breve conflicto militar que ocurrió en 2019».
El peor atentado en Cachemira desde el 2000
El atentado tuvo lugar el 22 de abril, mientras un grupo de turistas paseaban por el paraje de Pahlgam, uno de los sitios más populares de Cachemira a unos 50 kilómetros de la ciudad más grande en la región, Srinagar.
Según relatan algunos testigos, pasado el medio día, unos hombres vestidos con ropa de camuflaje y fuertemente armados salieron de un bosque cercano al punto donde se encontraban los turistas, contra quienes abrieron fuego de manera indiscriminada.
«Pensamos que alguien estaba tirando petardos, pero cuando oímos a otras personas (gritando), salimos rápidamente de allí», dijo uno de los turistas que alcanzaron a escapar de la escena, sin compartir su nombre, para la televisión local.
En primera instancia, el ataque fue reinvindicado por la Resistencia de Cachemira, un grupo rebelde que sostiene nexos con Lashkar-e-Taiba – grupo islamista con sede en Pakistán –, a través de un mensaje en sus redes sociales. Sin embargo, ni Islamabad, ni Nueva Dehli, ni la prensa ha conseguido confirmar la veracidad del comunicado.
A pesar de la conflictividad en la zona – marcada por el sentimiento separatista – los ataque contra turistas no han sido la norma en los últimos años.
De hecho, el ataque del pasado 22 de abril es el más mortífero contra civiles en Cachemira desde el 2000, cuando un grupo armado asesino a 32 personas en la localidad de Nunwan, dentro de Pahalgam. 21 de los asesinados, eran peregrinos hindúes.
«Atroz»
India y Pakistán llevan mucho tiempo acusándose mutuamente de apoyar a fuerzas que pretenden desestabilizar a la otra parte, y Nueva Delhi afirma que Islamabad respalda a los pistoleros que están detrás de la insurgencia.
Islamabad niega la acusación y afirma que sólo apoya la lucha de Cachemira por la autodeterminación.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán ofreció el miércoles sus «condolencias a los allegados de los fallecidos».
Tras las medidas diplomáticas de India, Pakistán dijo que convocaría a su Comité de Seguridad Nacional, compuesto por altos funcionarios civiles y militares, que sólo se convoca en circunstancias excepcionales.