Buques de Filipinas, Estados Unidos y Japón realizaron este viernes maniobras militares conjuntas para “reforzar la interoperabilidad” en aguas del mar Meridional frente a las crecientes hostilidades de Beijing.
El ejercicio tuvo lugar “en la zona económica exclusiva” de Filipinas y participaron, además de buques del país asiático, “las fuerzas armadas y de defensa combinadas” de Japón y Estados Unidos, según afirmó el Ejército filipino en un comunicado.
“Su objetivo es reforzar la interoperabilidad entre las naciones participantes de forma coherente con el derecho internacional, teniendo debidamente en cuenta la seguridad de la navegación y los derechos e intereses de otros Estados”, añadió la nota.
Por su parte, el Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos precisó en un comunicado que las maniobras demuestran “un compromiso colectivo para reforzar la cooperación regional e internacional” en la región.
El ejercicio tuvo lugar tan solo dos días después de que los guardacostas filipinos acusaran a patrulleras chinas de atacar sus embarcaciones en el arrecife Scarborough, en aguas disputadas por ambos países.
Según un comunicado del portavoz filipino Jay Tarriela, el barco chino “disparó un cañón de agua apuntando directamente a las antenas de navegación” del BRP Datu Pagbuaya y, posteriormente, “lo embistió intencionalmente antes de lanzar un segundo ataque”.
Por su parte, la Guardia Costera de China afirmó que los barcos filipinos “intentaron ingresar peligrosamente” a lo que denominan sus aguas territoriales. “Ejercimos control sobre ellos de acuerdo con la ley”, declaró el portavoz Liu Dejun refiriéndose al arrecife como Huangyan Island.
Un video divulgado por Filipinas muestra el momento del incidente más reciente, en el que la tripulación grita “¡Colisión! ¡Colisión!”, mientras el barco chino golpea el costado del BRP Datu Pagbuaya.
El arrecife Scarborough Shoal, una cadena de arrecifes y rocas ubicada a 240 kilómetros de la isla de Luzón en Filipinas, fue un foco de tensiones entre ambos países desde que China lo ocupó en 2012.
Aunque un fallo internacional en 2016 declaró ilegítima la reclamación de Beijing sobre estas aguas, China desplegó patrullas para restringir el acceso a pescadores filipinos, bloqueando una laguna rica en recursos.
La tensión entre ambos países ha ido en aumento en los últimos años debido a sus disputas soberanistas en el mar Meridional, por el que circula alrededor del 30 % del comercio global y que alberga el 12 % de los caladeros mundiales, además de tener potenciales yacimientos de petróleo y gas.
Desde la llegada al poder de Ferdinand Marcos Jr. en 2022, Filipinas se ha mostrado más firme en la defensa de su territorio frente a China, que reclama la práctica totalidad de las aguas.
El principal riesgo en estas convulsas aguas es que se convierta en el escenario de un potencial conflicto entre Beijing y Washington, pues aunque Estados Unidos no mantiene ninguna disputa soberanista directa, tiene un pacto de defensa mutua con Filipinas que le obliga a acudir en su ayuda en caso de ataque militar.
(Con información de EFE y AFP)