En directo por TikTok, desde una habitación llena de ropa en Yakarta, Christine Febriyanti promociona prendas de todos los colores a los cientos de indonesios que la siguen en la plataforma.
“Para las chicas tipo vitamina C, estos pantalones naranjas van a llenar todas sus necesidades”, dice la vendedora de 25 años en la aplicación de videos breves.
La venta en línea en TikTok va viento en popa en Indonesia, la mayor economía del Sudeste Asiático, donde los usuarios gastaron en esta plataforma más que cualquier otro país de la región el año pasado.
Filial del gigante chino ByteDance, TikTok apuesta mucho por la región, tras meses de polémica en Estados Unidos y Europa por supuestas vinculaciones con las autoridades chinas y la protección de datos de los usuarios.
El director ejecutivo del grupo, Shou Zi Chew, anunció la semana pasada que invertiría “miles de millones de dólares” en el Sudeste Asiático, donde TikTok cuenta con 325 millones de usuarios, 125 de ellos en Indonesia.
Con el éxito de la “TikTok Shop” en Indonesia, los emprendedores se apresuran a proponer sus productos tecnológicos, de moda o artesanales en esta plataforma.
Monomolly, la marca que emplea a Christine Febriyanti y que tiene una veintena de vendedores, ha registrado una subida de sus ingresos de 30% desde que empezó a vender en “livestream” en TikTok el año pasado, según su portavoz Nadya Paramitha.
El algoritmo de la plataforma a multiplicado por diez las ventas, aseguran los empleados.
Permite que los vendedores lleguen “a nuevos mercados por casualidad”, en lugar de basarse en las búsquedas por palabras clave de los usuarios, como otras aplicaciones rivales, afirma Chelvyana Onggo Winata, responsable de ventas de TikTok.
Humor y galletas
Lo emprendedores independientes se lanzan también en el comercio en línea en TikTok.
Antes, Panji Made Agung y su mujer Astari Gita necesitaban el apoyo económico de su familia. Ahora venden hasta 1.000 cajas de galletas al mes en la aplicación, y ganan unos 25 millones de rupias (US$ 1,700).
Sus seguidores y sus ventas se han disparado gracias a su personalidad, dice Gita. “Hemos descubierto que vender productos no basta, se tienen que generar emociones en la gente. Tiene que ser divertido”, insiste.
“Les gusta el humor del día a día de nuestra pareja y el hecho de que Agung sea un poco torpe”, añade.
La “TikTok Shop”, creada en 2021, dispone actualmente de más de dos millones de vendedores en Indonesia.
La plataforma, que ha visto crecer rápidamente su parte de mercado de comercio electrónico, se queda con una comisión de 1% y retiene 20.000 rupias (US$ 1,3) por cada producto vendido.
Indonesia representa 42% de los ingresos de TikTok en la región, que fue de US$ 4,400 millones el año pasado, según la consultora de Singapur Momentum Works.
“Conversación virtual”
Aldi Alfarabi cuenta que no está pensando en comprar cuando mira los directos de TikTok pero muchas veces ve artículos que le gustan, como una mochila que se adquirió hace poco.
“Hay una interacción interesante a través de una conversación virtual”, afirma este indonesio de 29 años.
“Se puede ver exactamente lo que se compra”, añade.
Los expertos señalan que la estrategia de TikTok en Indonesia responde a la nueva forma de consumir de los jóvenes, que buscan experiencias interactivas para gastar su dinero.
“Las ventas en línea en Indonesia están dominadas por la generación Z”, nacida entre 1997 y 2012, precisa Bhima Yudhistira, analista del Centro de Estudios Económicos y Jurídicos, en Yakarta.
Una tendencia que han aprovechado vendedores como Agung y Gita.
“Hemos dicho a nuestra familia que ya no necesitábamos ayuda. Ahora podemos comprar la comida y los pañales para nuestro hijo con nuestro dinero”, dice Gita. “Y también podemos divertirnos un poco”.
Fuente: AFP