El yen se acerca a mínimos de ocho meses mientras Japón enfrenta nuevas presiones políticas e inflacionarias

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El ministro de Finanzas de Japón, Katsunobu Kato, ha emitido una nueva advertencia sobre los fuertes movimientos del yen después de que la moneda cayera a su nivel más débil en ocho meses frente al dólar el viernes.

El yen tocó brevemente 153,27 antes de recuperarse ligeramente para cotizar en torno a 152,94, ya que la incertidumbre política y las expectativas de política monetaria alimentaron la volatilidad en los mercados financieros de Japón.

La caída se produce en medio de la transición de liderazgo dentro del partido gobernante de Japón, ya que los inversores reaccionan a la postura a favor del estímulo de la recién elegida líder del PLD, Sanae Takaichi, y su posible impacto en el camino de endurecimiento del Banco de Japón, lo que agrega una nueva presión sobre los responsables políticos para restaurar la confianza del mercado.

Los mercados reaccionan a medida que la transición política profundiza las pérdidas del yen

La última caída del yen sigue a la victoria de Sanae Takaichi como líder del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón. Su victoria el fin de semana pasado provocó nuevas especulaciones de que sus políticas a favor del estímulo podrían retrasar un mayor endurecimiento monetario por parte del Banco de Japón (BOJ).

Los mercados interpretaron su postura como una señal potencial de que las tasas de interés continúan bajas, empujando al yen a la baja a pesar de los esfuerzos continuos del gobierno para estabilizar la moneda.

Takaichi, partidaria desde hace mucho tiempo del gasto fiscal agresivo y la flexibilización monetaria, ha estado tratando de tranquilizar a los inversores de que su administración no alentará un yen excesivamente débil.

Declaró el jueves que no tiene la intención de interferir con la política del Banco de Japón ni comentar sobre las decisiones de tasas, tratando de disipar los temores del mercado de que su agenda entraría en conflicto con los objetivos del banco central.

Sus comentarios anteriores del año pasado, en los que describió las subidas de tipos como “estúpidas”, han resurgido en medio de la caída del yen, intensificando el escrutinio sobre su enfoque económico.

Los analistas dicen que su liderazgo podría influir en las expectativas para el próximo movimiento del Banco de Japón, ya que el banco central sopesa las presiones inflacionarias frente a las preocupaciones sobre el crecimiento.

Kato insinúa un monitoreo más cercano, crecen los temores de intervención

El ministro de Finanzas, Kato, dijo que el gobierno está observando de cerca los mercados en busca de movimientos “unilaterales y rápidos” en el tipo de cambio y evaluará cualquier volatilidad “excesiva o desordenada”.

Su tono más firme ha provocado especulaciones de que Japón podría intervenir para apoyar al yen si la depreciación se acelera aún más.

El Ministerio de Finanzas ha gastado alrededor de 24,5 billones de yenes (160.000 millones de dólares) desde 2022 para estabilizar la moneda, aunque muchos economistas creen que es poco probable una nueva intervención a menos que el yen se acerque al nivel de 160.

Kato enfatizó que los tipos de cambio deben reflejar los fundamentos económicos y moverse de manera estable, reconociendo que un yen más débil trae beneficios y desafíos a la economía de Japón.

Si bien un yen débil apoya a los exportadores al aumentar las ganancias en el extranjero, también aumenta los costos de importación, ejerciendo presión sobre los hogares y las pequeñas empresas a medida que aumentan los precios de la energía y las materias primas.

Los responsables políticos de Japón se enfrentan ahora a la delicada tarea de evitar que la inflación se sobrecaliente y garantizar que la recuperación siga su curso.

La incertidumbre de la coalición y los riesgos de inflación nublan las perspectivas de política

A la presión sobre el yen se suma la incertidumbre que rodea a las alianzas políticas de Japón. Takaichi enfrenta desafíos iniciales para mantener la coalición del gobernante PLD con el partido Komeito.

Se espera que las dos partes se reúnan más tarde el viernes, pero aún no hay confirmación sobre si llegarán a un acuerdo para continuar la asociación. La inestabilidad política podría pesar aún más sobre el sentimiento de los inversores y la confianza de la moneda.

Al mismo tiempo, la debilidad del yen está alimentando los riesgos inflacionarios. Una moneda depreciada aumenta el costo de los bienes importados, lo que podría complicar el camino del Banco de Japón hacia la normalización de las tasas de interés.

Los mercados financieros actualmente valoran una probabilidad del 22% de un aumento de tasas cuando el banco central se reúna para anunciar su decisión de política el 30 de octubre.

El banco central sigue siendo cauteloso mientras navega entre apoyar el crecimiento económico y contener las presiones sobre los precios. Cualquier aumento prematuro de las tasas podría frenar el consumo, mientras que una mayor depreciación del yen podría obligar a los responsables políticos a actuar antes de lo esperado.

La caída del yen subraya el acto de equilibrio de Japón

Las últimas turbulencias monetarias de Japón ponen de relieve la compleja interacción entre los cambios políticos, el sentimiento del mercado y la política monetaria.

Si bien el gobierno de Takaichi tiene como objetivo sostener el crecimiento a través de medidas fiscales, el ciclo de endurecimiento del Banco de Japón sigue siendo incierto, lo que deja al yen expuesto a una mayor debilidad.

Con los inversores globales observando de cerca los acontecimientos en Tokio, los responsables políticos de Japón están bajo una presión cada vez mayor para restaurar la confianza en el yen sin descarrilar la frágil recuperación económica.

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