Desde la agricultura hasta el calzado, las industrias ecuatorianas ven una oportunidad en el plan del Presidente Lasso de firmar un TLC con China. Pero, ¿hasta qué punto está preparado el país latinoamericano?
El presidente ecuatoriano Guillermo Lasso se trajo dos buenas noticias de su viaje a China el pasado mes de febrero. No sólo el país asiático expresó una posición favorable a la renegociación de la deuda bilateral pendiente de Ecuador, que asciende a 4.600 millones de dólares, sino que ambos países iniciaron las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio (TLC). En América Latina, sólo Perú, Chile y Costa Rica tienen actualmente TLC con China.
«La pandemia ha tenido efectos negativos en la economía mundial y Ecuador no es la excepción», dijo Lasso en una sesión informativa oficial desde Quito el 10 de febrero, explicando los esfuerzos de su administración para buscar formas de aliviar la difícil situación económica del país.
Uno de los objetivos específicos de la visita oficial fue tratar de desactivar un acuerdo firmado durante el gobierno de Rafael Correa para pagar parte de la deuda con China con los ingresos de la venta de petróleo. Según Lasso, estos acuerdos incluían condiciones desfavorables para el país sudamericano.
«Aproximadamente dos mil y pico de millones de dólares están atados a un acuerdo de comercialización de petróleo», dijo el presidente en la misma alocución televisada desde el Palacio de Carondelet, sede del Gobierno. También dijo que intentaría ampliar los plazos de pago y reducir los tipos de interés.
La revisión de la cooperación financiera podría tener su reflejo en una cooperación comercial más estrecha. El memorando de entendimiento firmado para comenzar a negociar un acuerdo de libre comercio podría dar lugar a un pacto formal ya en octubre, que se firmaría en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, dijo Lasso.
El acuerdo podría impulsar las ventas de productos agrícolas de Ecuador a China, pero también abriría la competencia con los vulnerables fabricantes locales que ya se están tambaleando por la pandemia. Entonces, ¿está el país sudamericano preparado para un TLC con China?
Negociaciones complejas
Según Gustavo Cáceres, presidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-China (CCECH), la firma de un potencial TLC implica un trabajo arduo y complejo, para revisar las «diferentes condiciones, problemas u oportunidades que podría tener un acuerdo comercial» de Ecuador.
Cáceres dijo a Diálogo Chino que un acuerdo comercial con China es clave para que las exportaciones agrícolas despeguen. Sin embargo, dice que ese tratado debe ser analizado a fondo y «socializado» -para entender y aceptar sus consecuencias socioculturales más amplias- con el fin de proteger a otros sectores productivos que podrían enfrentar la dura competencia de sus pares chinos.
«Puede haber sectores que puedan tener retrocesos y podemos analizar qué medidas se podrían tomar para proteger o compensar a estos otros sectores en el tiempo», dijo Cáceres, añadiendo que las exenciones fiscales de 10 a 20 años para las empresas vulnerables podrían ser una solución. También sugirió la posibilidad de designar algunas industrias como «intocables», con medidas proteccionistas para protegerlas de la competencia extranjera.
Ciertas industrias, como la textil y la del calzado, pueden necesitar una protección adicional, y Lasso aseguró que, si se firma un TLC, la liberalización comercial será gradual, para dar a los productores locales la oportunidad de aumentar su capacidad competitiva a medida que se abra el mercado. «Definitivamente vamos a proteger (estos sectores)», dijo.
Un plan ambicioso
La negociación de un posible TLC con China también pone de manifiesto varias tareas urgentes para el Gobierno, según Felipe Rivadeneira, director de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor). En particular, debe elaborar y poner en marcha un plan nacional de exportaciones, dijo.
Los acuerdos comerciales no sólo implican asegurar un mercado, sino también recibir inversión y transferencia de tecnología
«Recordemos que los acuerdos comerciales no sólo implican asegurar un mercado, sino también recibir inversión y transferencia de tecnología, que es la otra parte interesante. Hay que mejorar la logística. Y por último, se debe trabajar en una agenda de competitividad, es decir, mejorar la productividad», dijo Rivadeneira.
El camarón se destaca como un producto estrella en la canasta de exportaciones no petroleras de Ecuador, y es tal vez la industria en la que las esperanzas de impulsar las ventas como resultado del TLC son más altas. En ese sentido, China sigue siendo el principal destino, alcanzando el 43% de las ventas al exterior de Ecuador en 2021, con un valor de 2.300 millones de dólares, según Fedexport.