El petróleo venezolano y la geopolítica del deseo: cuando la democracia es secundaria

0
92

19 de diciembre de 2025

Cuando la democracia es secundaria: el petróleo venezolano como objetivo estratégico

Las recientes declaraciones de Donald Trump sobre Venezuela no dejan lugar a dudas: más allá del discurso sobre narcotráfico, autoritarismo o defensa de la democracia, el verdadero eje de la ofensiva estadounidense vuelve a ser el petróleo. “Nos quitaron todo nuestro petróleo y lo queremos de vuelta”, afirmó el presidente norteamericano, condensando en una frase una visión abiertamente mercantilista de la política exterior.

El crudo venezolano en el centro de la disputa global entre Washington y Pekín

Venezuela no es solo un país sancionado y aislado diplomáticamente. Es, sobre todo, el Estado con las mayores reservas probadas de crudo del mundo, incluso por encima de Arabia Saudita y Canadá. En un contexto de guerra comercial, competencia estratégica con China y transición energética incompleta, ese dato explica mucho más que cualquier acusación sin pruebas contra el gobierno de Nicolás Maduro.

América Latina en la mira: Venezuela y la batalla por los recursos estratégicos

La escalada impulsada por Washington —bloqueo total de petroleros, despliegue militar en el Caribe y presión diplomática— se inscribe en una lógica conocida: el control de los recursos estratégicos como pilar de la hegemonía global. La retórica sobre el “narcoestado” venezolano sirve como legitimación política de una estrategia cuyo trasfondo es económico y geoestratégico.

El petróleo manda: la geopolítica real detrás del conflicto con Venezuela

El deterioro del sector petrolero venezolano no es un misterio. Décadas de desinversión, mala gestión, corrupción y expropiaciones alejaron a las multinacionales y dejaron a PDVSA sin el capital ni la tecnología necesarios para explotar la Faja del Orinoco, una de las mayores concentraciones de crudo del planeta. De ser una potencia energética global, Venezuela pasó a producir apenas un millón de barriles diarios, una fracción de lo que generaba a fines del siglo XX.

Venezuela, reservas gigantes y producción en ruinas: el petróleo que todos quieren

Sin embargo, el declive productivo no redujo el interés externo. Al contrario: lo incrementó. Para Estados Unidos, el petróleo venezolano aparece como una reserva estratégica de largo plazo. A pesar del boom del fracking, el propio modelo energético estadounidense muestra límites: al ritmo actual de extracción, sus reservas alcanzarían para apenas una década más. En un mundo donde los combustibles fósiles aún representan cerca del 80% del consumo global, asegurar fuentes futuras sigue siendo una prioridad.

Del Caribe a Pekín: el petróleo venezolano en el juego de las grandes potencias

En este tablero, China emerge como el gran competidor. Pekín compra crudo venezolano de manera indirecta, esquivando sanciones mediante refinerías y flotas “fantasma”. Las exportaciones hacia el gigante asiático crecieron casi un 100% en el último año, un dato que alarma a la Casa Blanca. Para Washington, presionar a Caracas también significa frenar la expansión china en América Latina y el Caribe.

La aspiracion es un “ festin”

Las declaraciones de figuras del Partido Republicano refuerzan esta lectura. Congresistas y analistas afines al trumpismo hablan abiertamente de un “festín” para las petroleras estadounidenses si Venezuela abre su sector energético. Democracia, derechos humanos o legalidad internacional quedan relegados frente a la promesa de billones de dólares en negocios.

El botín energético de Venezuela y la nueva pugna por la hegemonía

La historia reciente explica el trasfondo del conflicto. Tras la nacionalización de 1976 y la apertura parcial de los años noventa, el giro estatista de Hugo Chávez y las expropiaciones marcaron una ruptura profunda con las grandes petroleras occidentales. Desde entonces, la relación con Washington transitó una escalada de sanciones que, lejos de debilitar al régimen, profundizó la crisis económica y social del país.

El tesoro enterrado de la Faja del Orinoco y la ambición de las potencias

Hoy, tanto el oficialismo como sectores de la oposición reconocen implícitamente el rol central del capital extranjero. Maduro ha insinuado acuerdos petroleros a cambio de alivio de sanciones, mientras referentes opositores prometen una apertura total del sector si llegan al poder. En ambos casos, el petróleo aparece como moneda de cambio.

Venezuela y el viejo reflejo imperial: controlar el petróleo

La disputa por Venezuela revela una verdad incómoda de la política internacional contemporánea: los principios suelen ser flexibles cuando entran en juego recursos estratégicos. El caso venezolano no gira únicamente en torno a un gobierno autoritario o elecciones cuestionadas, sino alrededor de un botín energético clave en un mundo que aún no logra desprenderse del petróleo.

En ese sentido, más que una cruzada democrática, la presión de Estados Unidos sobre Caracas parece ser un capítulo más de la vieja historia del poder global: quien controla la energía, controla el futuro.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí