China cerró su Asamblea anual sin despejar dudas sobre cómo reactivará su economía

China clausuraba el martes su mayor evento político del año, que dejaba una pregunta sin respuesta: ¿hasta dónde llegará Beijing para intentar revivir el crecimiento económico en 2025?

Un tema recurrente a lo largo de la reunión de una semana de la Asamblea Popular Nacional, que cuenta con casi 3.000 miembros, fue la necesidad de aumentar la inversión y el gasto del consumidor.

Hasta dentro de unos meses no se verá claro cuánto se ha hecho para traducir palabras en acciones, conforme el Partido Comunista que gobierna el país equilibra prioridades. Lo que está claro es que una guerra comercial con Estados Unidos ha dejado un panorama incierto para los próximos meses.

La reunión concluyó el martes en ausencia del líder político principal, Zhao Leji, presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional. Zhao, quien debía presidir la ceremonia de clausura del congreso, sufría una infección respiratoria y tuvo que ausentarse, según Li Hongzhong, vicepresidente del organismo político.

Li presidió la sesión de clausura en su lugar.

El parlamento, que tiene un papel ceremonial, votó de forma abrumadora a favor del reporte del gobierno, con 2.882 votos a favor, un voto en contra y una abstención. Se registraron votaciones casi unánimes similares para aprobar el presupuesto, el informe de la Corte Suprema y una enmienda a una ley sobre los diputados al congreso, entre otros temas.

En juego está la salud de la segunda economía más grande del mundo, que es un importante exportador de productos a países de todo el mundo y un mercado relevante para empresas extranjeras desde Apple hasta Volkswagen. Una prolongada crisis inmobiliaria ha debilitado la confianza de los consumidores y las empresas, privando a la economía de su vitalidad pasada. Ahora, una guerra arancelaria desatada por el presidente estadounidense Donald Trump está agravando esos problemas.