El sucesor de Shigeru Ishiba comenzará en una encrucijada. El primer ministro japonés dimitió el domingo tras menos de un año en el cargo, después de dos duras derrotas electorales del Partido Liberal Democrático (PLD). El aumento de los precios, sobre todo del arroz, provocó las derrotas.
Ishiba logró algunas cosas, como el preacuerdo para reducir los aranceles de EE UU. Pero la inflación es el resultado de la renuencia del Gobierno a revertir las políticas agrícolas que desincentivan el cultivo, así como a mantener los aranceles sobre las importaciones. Estos se han mantenido para garantizar el apoyo de los agricultores, pero este enfoque ya no garantiza el control político. En cambio, es probable que el próximo líder del PLD tenga que reunir a las tropas en torno a la causa de reducir los precios del arroz para mantener incluso un control reducido del poder.
La alternativa es volver a la norma anterior a Shinzo Abe de primeros ministros que van y vienen. Podría decirse que el PLD es aún más inestable que en ese periodo: las recientes derrotas a manos de partidos de extrema derecha lo han reducido a un Gobierno en minoría. Así que necesita el apoyo de otros, lo que aumenta las posibilidades de enfadar a las facciones dentro de sus propias filas.
El retorno a las frecuentes disputas por el liderazgo haría a Japón más vulnerable a la presión populista, y conduciría una carga de deuda aún mayor. Esto ayuda a explicar por qué el yen se desplomó tras el anuncio. Los retornos de los bonos a muy largo plazo están rondando máximos históricos en las últimas semanas.
La primera contienda se producirá en breve dentro del propio partido, gracias a la probable candidatura de Sanae Takaichi, una conservadora de línea dura con buenos contactos que se inspira en Abe. Takaichi ha criticado abiertamente las alzas de tipos y ha abogado por una política presupuestaria expansionista.
El otro favorito sería más bienvenido por los inversores: Shinjiro Koizumi, el telegénico hijo de un ex primer ministro que se ciñe a la corriente principal del partido, y que ha ganado popularidad tras encargarle Ishiba el asunto del arroz. No tiene mucho historial, pero eso puede ser preferible al combativo de Takaichi a la hora de formar coaliciones. Pero, si no logra controlar los precios, Koizumi podría salir rápido por la puerta.