Cientos de musulmanes indonesios marcharon el lunes a la protegida embajada sueca para denunciar las recientes profanaciones del libro sagrado islámico por parte de activistas de ultraderecha en Suecia y Holanda.
Ondeando banderas blancas con la declaración islámica de fe, más de 300 personas llenaron una avenida en el centro de Yakarta y pisotearon y prendieron fuego a retratos del activista antiislámico danés Rasmus Paludan junto con banderas de Suecia, Dinamarca y Holanda.
Las autoridades cortaron las calles que llevaban a la embajada, donde más de 200 policías y soldados fueron desplegados dentro y fuera del edificio, protegido con alambre de cuchillas.
Paludan recibió permiso de la policía este mes pasa celebrar una protesta ante la embajada turca en Estocolmo, donde quemó un Corán el 21 de enero. Unos días después, el holandés Edwin Wagensveld, líder del movimiento de ultraderecha Pegida, arrancó páginas de una copia del Corán cerca del parlamento holandés y las pisoteó.
Los incidentes indignaron a millones de musulmanes en todo el mundo y provocaron protestas, también en Indonesia, el país de mayoría musulmana más poblado del mundo. Los manifestantes en Yakarta coreaban “Dios es grande” y “¡Fuera, embajada sueca!”.
El gobierno indonesio ha condenado con firmeza la quema del Corán por parte de Paludan y la semana pasada convocó a la embajadora sueca, Marina Berg, indicó el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores Teuku Faizasyah.