Tailandia organizó una serie de ofrendas por el asesinato de 34 personas, entre ellos 22 niños a manos de un ex policía. Las víctimas que fueron sorprendidas en una guardería serán cremadas según la tradición budista. La comunidad ha instalado varios altares alrededor del centro de educación donde fue perpretada la masacre, allí mismo se realizan ceremonias de acuerdo a las creencias populares. Mientras investigadores intentan exclarecer los motivos que tuvo el tirador para cometer el crimen y luego suicidarse.