«Una de las consecuencias de la pandemia es que algunas prácticas laborales cambiarán permanentemente», advirtió el primer ministro Anthony Albanese.
El gobierno de Australia instó el miércoles (20.07.2022) a la población a que opte por el teletrabajo, use mascarillas en interiores y que reciba dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19, entre otras medidas, ante el incremento de infecciones por una nueva ola vinculada a la variante ómicron.
El primer ministro, Anthony Albanese, remarcó que la decisión en torno al teletrabajo supone «conseguir un equilibrio adecuado» entre las necesidades de los negocios y los esfuerzos por controlar la pandemia.
«Una de las consecuencias de la pandemia es que algunas prácticas laborales cambiarán permanentemente», remarcó el mandatario en rueda de prensa desde un instituto médico en Melbourne.
Australia sufre un fuerte rebrote de la pandemia vinculada a las subraviaantes BA.4 y BA.5 de ómicron, altamente contagiosas según los expertos, y registró el martes unas 50.000 nuevas infecciones, con lo que acumula más de 350.000 casos activos.
La cifra de hospitalizaciones por COVID-19, que representa casi un 9 por ciento del total de las camas a nivel nacional, se acerca al pico alcanzado en enero de este año tras la apertura progresiva de las fronteras internacionales, que se cerraron en marzo de 2020 por la pandemia, así como el retorno a la práctica normalidad.
«Creo que el próximo mes va a ser muy difícil para nuestros hospitales», declaró hoy el jefe médico del gobierno australiano, Paul Kelly, a la emisora pública ABC, al incidir que el teletrabajo «es un componente clave» para evitar los contagios masivos.
Australia acumula desde el inicio de la pandemia casi 8,9 millones de pacientes, incluidos unos 10.800 decesos, según las cifras oficiales, que apuntan que más del 95 % de la población mayor de 16 años tiene la pauta completa de la vacuna contra el COVID-19, un 54,3% tiene las tercera dosis y medio millón de personas tiene la cuarta.
El país implementó férreas medidas durante gran parte de la crisis sanitaria, incluidos confinamientos estrictos, prohibiciones de viaje internacionales y nacionales y el uso obligatorio de mascarillas.